sábado, 2 de julio de 2022

VIEJO...

Los años no te hacen viejo  te hacen sabio, El tiempo no te desgasta, te hace fuerte, Las penas no te eliminan, te hacen inmune al dolor, El rechazo no te aniquila, te hace inquebrantable, El desprecio no te atormenta, te hace insensible a las bajas pasiones, La omisión de tu presencia, no la tomes como agravio, sino como insensata cobardia, La invisibilidad que te acompaña no te asusta, porque la soledad es tu dulce compañia, Cuando los jovenes van haciendo preguntas a la vida, tu vienes de regreso con las respuestas de la existencia, Muchos querran conocerlas, pero solo cuando recorran el camino recibiran el conocimiento, Puede ser que haya un abismo en las edades, que nunca sera salvado, porque quien no recorre la via, jamas sabra que hay al final, La insensatez de la juventud,  es la ignorancia de la experiencia y no se puede adquirir mirando a quien hizo el recorrido, sino haciéndolo en persona, porque nadie puede hacer suya la vivencia ajena, Nadie puede explicar la locura, porque si estuvo en ella, y recobra la sinderesis, se ha borrado de su memoria el atroz viacrusis de la vesania. El haber vivido tempestades, impide ser susceptible a las borrascas de la vida, Quien ha experimentado el vendaval de las penurias, no lo acobarda, los truenos ni relampagos, Los sinsabores del camino, nunca amargan la dulsura de los sueños, Los que han tropezado y se han levantado, saben que los errores son el pulimento para que la vida tenga brillo magestuoso, Las caidas son dolorosas,  pero ponerse enhiesto es la respuesta de los valientes, El que ha pasado por el tunel del dolor conoce a la perfección que al final sale aprobado para librar las mas rudas batallas que le plantee la existencia. Agradecer por lo vivido, es balsamo a las heridas que ha dejado la brusquedad del camino recorrido, Todos los que hemos vivido suficiente estamos agradecidos del que nos dio la vida y la capacidad de vencer en los ominosos combates de toda la existencia, por esa razón, no hay ofensas por el rechazo, no existe amargura por la indiferencia, hemos echo el viaje y las derrotas se constituyeron en asicates para llegar a la meta final. No todos tienen  ese privilegio, solo es para los que caminamos una larga travesía con CRISTO y terminamos en CRISTO. Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.

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