lunes, 11 de julio de 2022

ALMA Y SOLEDAD

¿Has visto la soledad? Nunca,  ella no se excibe, no se muestra,  solo acompaña. ¿Como puedes andar con alguien que no puedes ver? ¿Has visto tu alma? ¡jamás! ¿Y como sabes de su existencia, si nunca la has visto? Es simple, estoy vivo. Solo al morir se apartara de mi. Ahora sabes que igual que tu alma esta contigo, asi mismo la soledad esta conmigo.¿Lo puedes entender? ¡Pero es que el alma tiene vida! ¡La soledad también! Mi alma se siente, La soledad se percibe con más fuerza. Mi alma a veces esta afligida, Esa es la diferencia la soledad no transmite angustia. Ella es un cerrojo contra el dolor, porque cierra la puerta a las voces de la desesperación,  a los gritos destemplados del temor que produce la indiferencia o el olvido, ella tapona los oídos a las quejas que diezman la capacidad de resistir y de vencer. La soledad no escucha el monólogo descolorido de la incapacidad de sobrellevar la vida en la quietud del aislamiento. La soledad cierra las compuertas al llanto inutil de los pusilánimes, ella no acompaña a  los debiles de espiritu, que no pueden resistir su imperturbable calma. Nunca se muere de soledad, ella no hiere, ni asesina, solo que es incomprendida y en la ignorancia supina que tenemos de ella, escuchamos a otros atribuirle las causas del abatimiento y las razones de sus congojas. ¡Muero de soledad! Exclama todo aquel que no entiende la vida en sus variadas presentaciones, pretendiendo que hay un cajón para enclaustrar la existencia y que debe ser como la imaginación la demarca, sin percibir que su gama de colores son infinitos. Estamos tan acostumbrados al blanco y negro, que no advertimos las diversas tonalidades y texturas de la maravillosa naturaleza. Cuando el dia se muestra ozco y obscuro porque  las nubes cubren el resplandor del astro sideral, el semblante se torna huraño y se matiza de lugubres miradas, solo porque un condicion externa y ajena a nuestra expectativa no encaja en la rutina acostumbrada. Si prestamos atención real, nos damos cuenta que nada a cambiado en nuestro entorno, podemos apreciar la candidez del niño que sigue sin alteración, el canto de los pajaros sin deterioro, la naturaleza no ha variado su maravillosa policromia, el tiempo no se ha paralizado, los problemas no son mas grandes o pequeños,  siguen siendo iguales. Somos nosotros los que le damos el tono a la canción, ella no sabe nada, el intérprete es quien pude convertirla en exito o en fracaso. El mundo permanece indiferente y nosotros no podemos ser definidos por el mundo, nosotros tenemos la obligación y capacidad de definir el mundo. Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.

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