jueves, 14 de julio de 2022

LA EXPERIENCIA.

Nadie escarmienta en cabeza ajena Adagio popular. La experiencia es el componente de todo lo vivido, no es el resultado de historias ajenas, sino el producto de las que hemos experimentado  como actores y no como espectadores. En una ocación estabamos tres personas en la esquina de la casa, cuando encima de nosotros se origino un corto circuito, alli escuchamos el estrepito de grandes guallas de acero chocando y produciendo aquel sonido aterrador y al ver el chisporroteo, todos reaccionamos, sin pensarlo dos veces y a la velocidad que la adrenalina enviaba al torrente sanguineo la alarma, en un santiamén cruzamos la calle, solo lo logramos dos, cuando oimos el golpe seco del tercer componente del trio y dandonos media vuelta, con la misma frenética velocidad procedimos a levantar al caído y prácticamente lo arrastramos para ponerlo a salvo, la cuestión es que el compañero, era mocho de la pierna derecha y cuando ya pudo respirar y tomar aliento nos dijo: ¡chamos se me olvido que era mocho!, a nosotros también, el susto y el temor del imprevisto nos impulsó a buscar protección y anuló toda forma de pensamiento, distinto a salvar la vida, no pensamos con frialdad, sino que actuamos por instinto de preservación y viseralmente anulamos el cerebro y reaccionamos por el impulso. El mocho tenia las muletas recostadas a la pared de la casa y estaba apoyado sobre una ventana. Pero el acontecimiento fortuito, y acompañado del miedo elimino por completo la realidad y acciono sin percatarse de lo imposibilitado que estaba. La mente estaba alerta pero el cuerpo incapacitado. Despues de estar a salvo y recobrado el aliento, el amigo amputado, explicó su reacción al decir: hace algunos años estaba con un compañero en una calle arreglando un tubería de agua, cuando sucedio igual, se originuo un conto circuito encima de nuestras cabezas, la reacción fue inmediata, pero mi compañero estaba en la sanja y no pudo escapar con celeridad, para su infortunio se rompio una primaria y cayendo encima de el, vi horrorizado como lo partio en dos, hoy revivi esa escena macabra y hasta se me olvido que me faltaba una pierna. El que ha sido picado de culebra, cuando ve un bejuco se asusta. La experiencia, se mueve en dos marcos referenciales, nos permite ser dominadores de la situación al conocer de antemano las consecuencias de los hechos,  en este caso es pasiva, sabemos por vivencia propia cuales seran los resultados, solo podemos aconsejar y queda de parte de quien oye el consejo, tomarlo o desestimarlo. En el otro lado es activa, porque la reacción instintiva es la que permite salir ilesos de momento comprometedor y peligroso, la velocidad mata, pero tambien puede salvar, viajando por las autopistas hay momentos en que frenar es firmar la sentencia de muerte y acelerar es salvar la vida. Correr a veces es la única alternativa para salvar el pellejo, en otras permanecer impavido y en completa quietud es la solución para contrarrestar el peligro. Quiera Dios y nos permita tomar la decisión correcta el momento que tenemos que hacer alguna elección que nos salve la vida. Hoy es el momento de salvar la vida, solo hsy que aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador. la decisión siempre sera tuya. Bendiciones. Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.

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