LOS ANTIGUOS CAMINOS DE HERRADURA

El camino en sus recodos se ve escabroso Sus sinuocidades ondean como grandes  serpientes, no sabemos lo que nos espera, en los ignotos requiebres de la torcida trocha, A veces nos extremecemos cuando las bestias con su potente olfato han detectado el olor delator de un cadaver que tendido en una de sus curvas yace, Vilmente asesinado y con crueldad y saña destrozado, La mulada azuzada por su percepción ante este encuentro horrido y fatal, Con mezcla de temor y espanto se desvían despavoridos, evadiendo el encuentro frente a frente con los restos físicos de aquella vida aniquilada, Ellas sienten el pavor que espele el hedor de la  muerte, Y aunque son animales privados de razonamiento, Su instinto natural de supervivencia, Las hace reacionar viceralmente, no sabemos si piensan, pero si que actuan Movidas por mecanismos secretos imposibles de comprender por la mente humana. Entendemos que en su minuscula comprensión de la vida y de la muerte, hay un respeto ininteligible por los seres humanos, Mientras un caminante solitario se limitará  a pasar por un costado, el animal  sin entendimiento nunca osara semejante temeridad, Nos somprenden los animales con sus reacciones incomprensibles, No sabemos como entender sus emociones, Hay en ellos una comprensión que escapa a nuestra capacidad de entendimiento, Un conocido en estas lides cayó de su corcel victima de un ataque epileptico, horas mas tarde un hermano lo encontro debajo del cuadrúpedo, que habia permanecido imperturbable, sin moverse un milímetro esperando ayuda, El noble bruto no se atrevió a dar un solo paso, tal vez su instinto natural le impedia algun movimiento, considerando la necesidad de protección del desvalido. No sabemos que capacidad innata los hace actuar con sentido común. Los animales no son seres creados con inteligencia humana, Pero con certeza sus capacidades nos desconciertan y a veces obran con mas sensatez que sus encumbrados amos. Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.