miércoles, 20 de julio de 2022

CUANDO EL AMOR RONDA



Cuando llegue, extendí la mirada por todo el lugar, con la certeza de descubrir aquella sonrisa que cautivaba y aquellos ojos inquietos y de fulgurante mirada que  me causaban fascinación y embeleso, pero la sensación de vivir nuevamente esta experiencia maravillosa se fue diluyendo al otear una y varias veces el sitio y buscar  el colirio que mis ojos ávidos y necesitados requerían  para sosegar mi espíritu y traer calma a mi alma angustiada, muy a mi pesar comprobé la inutilidad de mis deseos y el anhelo del corazón, ¡no estaba!. Hoy no había llegado aquella musa que durante un buen tiempo había puesto alas a mi esperanza y hacia que volara al infinito en la consecución de un paraíso que idealizado por las sensaciones de los sentidos habían construido en medio de la complejidad de un mundo incierto y caótico.

Cuantos pensamientos atiborraron mi mente hurgando en lo más recóndito en el laberinto sinuoso de la masa encefálica para conseguir, una explicación, una aclaración o una idea sensata que me persuadiera con lógica elemental de la razón de esta ausencia inesperada, fue un verdadero tropel de elucubraciones que llegaban en oleadas y azotaban mis sentidos, pero ninguna lograba el propósito de convencerme y menos de traer paz y hacer desaparecer la angustia que crecía al mismo compas del tiempo que pasaba imperturbable, sin apuro pero sin pausa.

Las preguntas sin respuestas se agolpaban y en su insistencia parecían una estampida humana que quería conseguir la salida  de un gran peligro, pero que solo lograban estorbarse mutuamente al saturar la ruta de escape impidiendo que alguno lograra el objetivo. Había creado un torbellino que arreciaba y se tornaba peligroso con el transcurrir del tiempo, pero lo más absurdo de todo era no encontrar un idea positiva que esparciera luz y radiara esperanza.

La angustia es un contaminante atroz que con sus feroces dentelladas devoran cualquiera oportunidad de sosiego y seguridad.

Desolado me fui al extremo del espacioso salón y acomodándome en una de las mullidas sillas, puse en práctica un consejo que alguien me dio en alguna oportunidad diciendo: cuando el estrés y la angustia te aprisionen, solo relájate, respira profundamente, aspira y espira oxigenando tu cerebro y eso hará que este prodigioso órgano proceda con sentido ha organizar los pensamientos y la ideas. Durante unos minutos hice el ejercicio y dio resultados sorprendentes, llegaron  pensamientos nobles que desterraron los profanos y cerrando los ojos vinieron los recuerdos amables,  quitaron el rictus de amargura y lo cambiaron por la sonrisa de la certeza y la esperanza.

No sé cuánto duro este experimento,  fui sacado por sorpresa de mi estado casi cataléptico por una conocida y aterciopelada voz, que con dulzura y suavidad me susurro al oído, hola, al abrir los ojos allí al frente estaba ella, bella, encantadora con su sonrisa esplendorosa y al verme sorprendido me pregunto ¿en qué pensabas? En ti fue mi respuesta segura, ella añadió: tenías una sonrisa muy elocuente en tus labios, si, respondí con seguridad, estaba rememorando los bellos recuerdos que tú has creado en mi vida y disfrutando del placer de haber compartido contigo tiempos inolvidables ¿no es esto suficiente para tener una cara feliz y una sonrisa de bienaventuranza? ¿Me estás diciendo que ocupo un lugar privilegiado en tu vida y que mi presencia te alegra? Respondí: No solo ocupas el primer lugar en mi existencia, sino que eres el compendio de todo lo hermoso, lo bueno y lo extraordinario. Ella añadió: nadie nunca antes me había hablado de esa manera, seguramente, porque soy único, respondí y nunca hablo necedades, sino palabras atinadas, que en este caso particular dibujan el sentir y la realidad interior de mi vida y esa verdad es diáfana como el cristal puro y transparente como la luz del día. Puedo darme por aludida agrego ella: ¿que hay en tus palabras  sentimientos hacia mí que ponen en evidencia la atracción y el sentir de un hombre enamorado? Respondí: siempre he admirado tu sencillez y forma directa de decir y aclarar las cosas, sin rodeos, eso me fascina y me impresiona y al mismo tiempo me enseña a ser realista.

Si expresamos los sentimientos sin ironía, ni con el ánimo de zaherir, disfrutamos de la convivencia en sana paz y sería más fácil comprendernos ¿no lo crees? No solo lo creo, sino que lo valoro como una realidad más grande que la propia vida, fue su respuesta.

La realidad es que he descubierto que el pensamiento puede ser como un imán que atrae al hierro y en nosotros esta la capacidad para inclinarlo al bien o el mal.

Si pensamos el lo grato, eso se presenta, si nos ocupamos de pensar en lo bello, eso se manifiesta, tal vez el pensamiento no es creativo en si solo, pero puede preparar la ocación para que suceda lo que anhelan nuestros mas puros deseos.

¿Y que deseas en estos momentos?
Que nuestras vidas se fundan en una sola y su mezcla produzca un elemento imposible de separar y pueda permanecer en el tiempo y la distancia sin poder ser alterado o dividido por cualquiera se la furia de las fuerzas existentes.

¡Eso solo lo logra el amor! Exclamo ella, si respondi, de eso se trata que desde este instante avancemos unidos por los vínculos del amor perfecto hasta el último segundo de nuestras vidas y la ultima exhalación  de nuestra existencia.

Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.


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