GUERRA...GUERRA...GUERRA ...

Cuando amaneció Ucrania bajo el fuego destructor de la tirania Rusa, las alarmas, el estallido de mortales bombas, se mezclaban en una cacofonia extridente de llanto, de impotencia y de dolor con el nauseabundo hedor de la sangre de cuerpos mutilados, y hechos pedazos, por la barbarie del poder ominoso de letales armas. El mensaje de horror, es claro y nitido, somos poderosos y nuestras demandas se cumplen o las heremos cumplir con el peso brutal de la maquinaria belicista. No negociamos con gente en inferioridad de condiciones, exigimos lo que se nos antoje, de lo contrario, arrazaremos, destruiremos a quien se oponga, tenemos la capacidad de exterminar y dejar como una peña lisa cada centimetro de tierra, convertiremos en cementerio toda la geografía ucraniana, no habra limites para sembrar de muerte y desolación el territorio que por fuerza e interes mezquinos anexaremos al nuestro, porque estamos insatisfechos con los dieciséis millones (16.000.000) de kilométros cuadrados de territorio que tenemos. No importa quienes mueran, en la guerra no hay excepción de personas, ella reclama por igual mujeres, jóvenes, embarazadas, ancianas, niñas o adolescentes, depauperdas, en sillas de ruedas, hombres desde los neonatos, niños, imberbes, adultos, mayores o ancianos, todos estan bajo el fuego cruel e inhumano de un sátrapa  desquiciado con ínfulas de grandeza que demuestra al mundo que puede llevarlo al desfiladero de otra conflagración mundial, donde no se conseguiran ganadores, ni perdedores,  sino ruina, destrucción y desolación total. Si se llegan a activar los botones de las armas nucleares, se cumplira la premonición  catastrofica de Einstein: si hay una tercera guerra mundial, la cuarta se tendra que hacerse  con palos y piedras. Para los que creemos en El Dios revelado en Cristo, nos queda una sola opción: ORAR PARA QUE LA DEMENCIA DE LAS MENTES  TERRORISTAS SEA BLOQUEADA Y NO PUEDAN LLEVAR A ESTA DEPAUPERADA HUMANIDAD A UN NUEVA TRAGEDIA SIN FINAL. ¡CRISTIANOS ORAD SIN CESAR! Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.