lunes, 23 de julio de 2012

LAS SOMBRAS MENTALES




 

Las sombras del tiempo ocultan las imágenes del pasado, que no pueden ser erradicadas y borradas del indescifrable registro de la mente, trayendo a la memoria recuerdos que aun estando  en lo ignoto de la profundidad del alma, nunca han podido ser eliminados, salen imprevistamente sin ser invitados a prestar su concurso en el presente  en los momentos menos esperados, están en la inconsciencia atiborrados de capas superpuestas  de acontecimientos  que en cada momento los han hecho descender más profundamente en el abismo  de la indiferencia  y en la obscuridad insondable  de los misterios ocultos en el laberinto mental de las personas; considerados como cadáveres sobre los cuales se han puesto pesadas losas  de concreto armado, para impedir  que un día puedan levantarse del polvo y vuelvan a la vida con el pesado fardo que significa revivir lo que nunca hubiéramos querido y recordar lo que jamás anhelamos que pasara, pero no hay alternativa mientras estemos en el mundo de los vivos y tengamos cordura y mente sensata. Solo los que pierden la razón borran del disco duro de sus recuerdos todo acontecimiento del pasado y no entienden ninguno del presente.




Todos los seres humanos cuerdos, sin poder hacer excepciones, tenemos recuerdos ingratos que quisiéramos que jamás llegaran a traerse en el presente, rememorando el pasado que creemos olvidado y del cual nunca quisiéramos tener noticias, siendo en muchas ocasiones  tan perturbadores que no pocos han caído en el delirio de la vesania, prefiriendo hundirse en la inconsciencia que lidiar con la pesada carga del recuerdo de un pasado tenebroso.  Francia…  el ejército… josefina  se dice que fueron las últimas palabras del corso Napoleón Bonaparte, cuando estremecido por la locura, no podía organizar sus pensamientos y solo pronunciaba palabras inconexas que reflejaban el laberinto intrincado por donde los pensamientos deambulaban sin sentido y dirección. Así las sinapsis del cerebro no pueden resistir la descarga de eléctrico-química producida por las emociones febriles que aceleradamente recorren cada neurona y cada neurotransmisor, cuando acicateados por la adrenalina que segregada en altas proporciones, hace emerger  una poderosa fuerza motriz  saturando hasta hacer estallar y rompiendo en mil pedazos  los circuitos eléctricos cerebrales, que dejan sin conexión toda la materia gris, produciendo así el colapso mental que crea la locura y el desquiciamiento. 


Esta demencia es producto de la gran tragedia del presente, que imposible de sobrellevar mezcla peligrosamente  un coctel de sensaciones tan explosivas que rompen todo contacto con la realidad sea pasado o presente y como medio defensivo de la mente para erradicar el dolor y la nostalgia recurre al truco de la enajenación mental, sumiendo a la persona en la oscuridad impenetrable de la irracionalidad.




La demencia borra todo recuerdo y cuando se logra recobrar la cordura, seguramente por la misericordia inextinguible del Creador, no es posible recordar ese estado trágico y deplorable del que  ha perdido la razón, lo veo como una protección divina para ahorrarle dolor y sufrimiento al que ha estado inmerso en el mundo de tinieblas, que es el estado  de la escabrosa locura.



Los recuerdos serán nuestros acompañantes permanentes y no existe borrador o método para eliminarlos del archivo mental, ni los buenos, ni los malos, ni los que puedan atormentarnos o desagradarnos, solo consagrando el pasado a Dios y renovando nuestra mente en el Espíritu cada día, no tendrán efecto destructivo  sobre nosotros los que estén en esa línea indeseada y perturbadora.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.






lunes, 9 de julio de 2012

LA ARROGANCIA



 

Es la debilidad de carácter de creerse mejor que otros y elevar el ego superlativamente llegando a considerar  que no existe nadie mayor que él. En el argot hípico, cuando un caballo se ve muy superior en el grupo que va a competir se dice: "está sobrado del lote", así mismo se considera el que sufre la enfermedad destructiva de la arrogancia. Esta clase de persona se considera a sí misma como portadora de un cumulo de virtudes, que hacen contraste con lo insignificante que ve a los demás. Su mundo está restringido  así mismo, y lo que acontezca tiene verdadera importancia si esta envuelto en el suceso. Por lo cual está todo limitado a su entorno, de allí la razón por la que generalmente permanece en la soledad y la causa por la que llega a desarrollar el trastorno maníaco-depresivo.



También está expuesto a sufrir del delirio de persecución, al encontrarse como es muy habitual, debido a su condicionamiento mental, solo, piensa que eso se debe a que los demás le tienen envidia y que lo que quieren es hacerle daño. La arrogancia es un pésimo acompañante y un detestable socio, porque no permite confianza en otros y erosiona toda posibilidad de amistad por la tendencia perniciosa de estar por encima de todos. Son como el inefable profesor girafales  de la vecindad del chavo, que admitió que solo una vez se equivocó y fue cuando  creyó que estaba equivocado.


La arrogancia causa efectos desastrosos en quien la padece, por cuanto es incapaz de valorar a los demás y de considerar sus propios defectos; una de las peores tragedias del ser humano es la de concluir que es auto-suficiente y que los demás son ineptos e inútiles. Esto lo conduce a la amargura de ánimo, por lo cual siempre estará enfadado, en permanente defensiva y acumulando constante resentimiento, que a la larga lo convierten en un déspota de siete suelas. Su  hosquedad será una perturbación perenne y el relacionamiento con el cada vez será más difícil, debido a lo exigente que resulta, habida cuenta que se ve así mismo excepcional, por tanto entra en la categoría del perfeccionista, que la sicología lo define en la forma patológica, como creer que lo que no se alcanza perfectamente es inaceptable.



Imaginémonos una persona que todo lo que el haga está bien hecho, que ninguna de sus acciones se puedan reprochar, porque él las considera non plus ultra, que sus concepciones y opiniones no admitan revisión porque son la última palabra, que sus ideas son las más elevadas y superiores a todas las que otros tengan, que sea experto en un sinfín de materias y en todas ellas, él, sea la  mayor autoridad, que crea que todo el mundo está equivocado, pero él está en lo correcto, que no acepte reproche, ni que se ponga en tela de juicio ninguno de sus ideales, que sea incapaz de reconocer los meritos ajenos, pero que supervalore todos sus metas y conquista atrayendo sobre si mismo las causas del éxito si lo alcanza y echando sobre los demás la responsabilidad si fracasa. Ese tipo de personaje sufre la terrorífica patología de arrogancia crónica, pero aunque sea ese su estado lamentable podemos asegurarle que en Cristo hay libertad, porque El vino a libertar al cautivo y la arrogancia es una cárcel rodeada de barrotes de orgullo, aislada por la vanidad y asistida por la vanagloria. Y solo Cristo desarticulara y romperá todo el andamiaje en que esta levantada y cimentada. depende de la decisión individual de cada uno, si quiere ser libre o esclavo. Porque no es enfermedad física sino espiritual.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.

jueves, 5 de julio de 2012

TENEMOS OPCIONES




energias-alternativas

Se puede pensar  que las contingencias de la vida son producto del azar y también que son cosas completamente planificadas, estas son las dos posiciones más conocidas y mayormente aceptadas  por el género humano, los que están de acuerdo con la primera opción dejaran en las manos del llamado destino la ejecutoria de todas las acciones de sus vidas, sin poder hacer nada para cambiar lo que seguramente consideran inalterable, los que creemos en la segunda alternativa dejaremos en las manos del Único Dios Verdadero el trazado del camino en que debemos andar y en ese caso todo esta delineado de antemano y solo hace falta ponernos de acuerdo con El Creador, para saber cuál es esa ruta y andar por ella.



Si el arquitecto de universo diseño todo cuanto existe ¿no será El, el indicado para decirnos cómo funcionan las cosas? He oído la anécdota del hombre que tenía el vehículo accidentado y no conocía cual era la falla por la que no encendía el motor, de pronto llego un caballero y sin mediar palabra, ni hacer preguntas le dio una orden, métase dentro del carro y cuando le avise  encienda el motor, al hombre le pareció extraño el comportamiento pero acepto las indicaciones y después de unos segundos escucho la orden ¡encienda!, activo el suiche y efectivamente se produjo la ignición, a continuación muy sonriente su inesperado ayudante, le hace entrega de su tarjeta de presentación diciéndole: ese carro lo fabrico yo, por lo cual se como funcionan todos sus componentes, No era otro que Henry Ford, el creador del universalmente conocido automotor Ford.


Ahora bien, sabemos que todo el que manufactura un producto tiene la obligación legal de dar las indicaciones de su funcionamiento a sus consumidores, para que conozcan de que manera puede dar más rendimiento y  puede ser mejor utilizado y Dios Hacedor de todo dejo el manual impreso, que comúnmente conocemos como la Biblia, de manera que esa norma no es producto del modernismo y la revolución industrial, El fue el primero que la puso en ejecución, solo que como hacemos generalmente con todos los instructivos, ni los leemos y cuando hacemos mal uso del articulo y se descompone, de inmediato arremetemos contra el productor y su producto, catalogándolo de estafador y malo respectivamente.



Todo lo que Dios creó lo certifico diciendo: es bueno, le puso el sello de calidad y lo garantizo, pero el hombre, ni lee el manual y menos se rige por el y en esas condiciones ¿le podrá dar buen uso a tan extraordinaria variedad de productos y de tan grande calidad que aunque los hemos utilizado malísimamente, aun permanecen en su mayoría, y no muchos  han podido resistir el mal uso y el abuso y están deteriorados y en franco y alarmante declive?. Lo que si se hace muy comúnmente es arremeter contra el sabio Creador endilgándole las consecuencias de lo pesimamente que hemos utilizado su maravillosa creación, reclamándole, por lo que nosotros mismos hemos arruinado, llegando al colmo de desafiarlo, rechazarlo o ignorarlo.





Como mayordomos del Señor sobre toda su maravillosa creación que puso en nuestras manos para que administráramos con entendimiento y sabiduría, un día tendremos que dar cuenta al Amo Y Señor del Universo y ojala seamos encontrados como buenos y fieles administradores.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.

LA VERDADERA INDIGENCIA





Es  un estado definido como la situación más paupérrima a la que puede llegar el ser humano, por cuanto pierde toda la capacidad de amarse así mismo, el interés y el aprecio por la vida, con una valoración de sí mismo por debajo de cero, un indigente pierde la esperanza y las motivaciones, llegando a la fatal conclusión de que no le importa a nadie, que nadie lo ama, por lo cual  a él, no le importa nadie, ni ama a nadie, por lo tanto se odia a sí mismo y enfila todos  su s esfuerzos y la capacidad de que pueda disponer para auto-destruirse.

Con las personas en estas circunstancias, no es aconsejable mostrarles conmiseración, eso lo detestan, porque por asombroso que parezca lo único que les acompaña perennemente es el destructivo orgullo y se dan cuenta muy rápidamente si Ud. siente por ellas  lastima o misericordia.  Este  extraño comportamiento obedece al convencimiento a que han llegado, de que son un desecho de la sociedad y verdaderamente no están muy lejos de la realidad ¿Por qué pueden tener este pésimo concepto? Solo por ver la actitud que el grueso de  las personas tienen hacia ellos, de cómo los evaden, de cómo los rechazan y de cómo los desprecian y los vejan cuando tienen la oportunidad.


Sin embargo la definición de los sociólogos, es que es un individuo que no tiene los medios económicos para proveerse de todo lo elemental para la subsistencia (vestido, vivienda, educación, salud, distracción, etc.etc.). Pero mayormente este no es un problema únicamente estructural y externo, sino mental e interno que involucra al individuo integralmente y no solo en la parte económica, pues muchos  tendrán acceso al dinero más que suficiente para vivir con dignidad, pero la ausencia de luz en sus vidas los hace andar en la oscuridad, aunque tengan el mismo sol y la electricidad que produce la luz artificial  de que todos podemos disponer y económicamente estén bien, la falta de la verdadera luz, que es la luz espiritual que produce Dios por medio de Jesucristo, hace que anden en las más completas tinieblas. Y  no hay peor indigencia que la falta de Dios en la vida de las personas.


 'El grito' de Munch es el cuadro más caro de la historia.

Este cuadro se vendió por 119,9 millones de dolares en Nueva york, ¿no es esto la mayor muestra de pobreza espiritual? De manera que ser un indigente no es solo vivir en la calle y estar en una condición miserable monetariamente, la peor es la de tenerlo todo materialmente y nada espiritualmente; ser inmensamente rico para el mundo y extremadamente pobre para Dios. Leí una anécdota del hombre  opulento que le entrego una cesta sucia y llena de basura a un indigente y este se la acepto y la limpio y llenándola de hermosas flores se la trajo de regreso, extrañado el personaje le pregunto ¿Por qué haces esto? A lo que el indigente respondió: "cada uno da lo que tiene en el corazón". La pregunta  ineludible es ¿en la anécdota, quién era el verdadero indigente? Para culminar citare la Palabra de Dios textualmente: porque tú dices: yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tu eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. (Apo: 3:17).

Por el pastor: Fernando  Zuleta V.



miércoles, 4 de julio de 2012

LA TURBULENCIA DEL ALMA




 


Vivimos, estamos aquí en nuestro gran mundo, pensamos porque vivimos, según el postulado de Descartes: pienso luego existo,  se refiere exclusivamente a los seres humanos, porque otra clase de organismos vivos existen sin necesidad de pensar, sin hacer valoración, sin buscar la causa de su existencia, eso solo es prerrogativa del hombre hecho a imagen y semejanza de Dios. El hombre tiene una capacidad muy superior a los demás seres terrenales: el intelecto; ese solo detalle lo diferencia enormemente de toda la demás creación de Dios, que puede usar para ser el primero o el ultimo, que lo puede catapultar a las cimas más elevadas o hacerlo descender las simas más profundas, las demás criaturas tienen un estándar de vida que el único que tiene la capacidad de alterar o es Dios o es el hombre, por la sencilla razón que Dios es soberano y el hombre porque recibió de Él, el atributo transmisible de la sabiduría, que en la medida que mas intimamos con El, mas se ensancha y aumenta.



El mustango o caballo salvaje de las praderas americanas, vive en su hábitat natural, se comporta cumpliendo patrones predeterminados por el que lo  creo   , pero incapaz de cambiarlos o alterarlos, el hombre interviene, lo domina, lo somete y lo doma y le altera su comportamiento, le hace un establo, le provee alimentos con otros nutrientes y lo habitúa a otro comportamiento y ¿­por qué?, simplemente porque fue autorizado por su Hacedor, cuando le dijo: hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.(Gen 1. 26.)



Un deseo aliena la conducta del hombre y lo lleva elucubrar los mas disimiles pensamientos a cerca de su origen, por la absurda idea de conseguir explicaciones que considera lógicas y ajustadas a lo científico, capaces de comprender con su inquisidora mente, el universo y todo cuanto existe; bueno, es cierto que Dios lo autorizo y le transfirió atributos para ampliar su conocimiento, pero la problemática surge cuando quiere saber todo sin tener en cuenta a su Hacedor, todo acontece por la tendencia de excluir de sus planes al omnipotente Dios, si Dios lo sabe todo, no sería más fácil y menos oneroso ser amigo de Él, para que de esa forma nos de la información que necesitamos conocer y marchemos juntos en las conquistas y objetivos deseados.




Esta fórmula de actuar en soledad, nunca ha traído los  resultados deseados o esperados, porque es una aventura hacia lo desconocido sin tener un guía en el camino donde hay toda clase de peligros que ni conocemos, ni sabemos vencer o sortear y menos  los sitos donde están asechando listos para destruirnos. Sería más o menos como intentar cruzar el Atlántico a nado sin asistencia de ninguna especie, dejando a un lado los modernos sistemas de transporte, que en horas nos llevarían a la otra orilla, para ¿comprobar qué? ¿Quién que intente semejante desatino seria catalogado de cuerdo?, pero en la turbulencia que se agita dentro de su ser, el hombre intenta todos los días avanzar por vías más peligrosas que ese inmenso océano solo y sin brújula que lo oriente y lo conduzca a buen puerto. Sería bueno tener siempre presente la sentencia divina: sin mi nada podéis hacer.


Por el pastor: Fernando Zuleta V.