Destrucción y violencia están delante de mi, y pleito y contienda se levantan.Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por lo cual el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia. ( versión reina valera 1960)
Por eso no se cumple la ley y nunca prevalece la justicia. Pues el impío asedia al justo; por eso sale pervertida la justicia.( la biblia de las américas)
La destrucción es la consecuencia directa e inmediata de la violencia, ante una situación de caos e ingobernabilidad cada quien se cree con derecho adquirido de tomar la justicia por sus propias manos; como no hay dirección sabia, surge la anarquía como espectro diabólico de la unión perversa entre el pleito y la contienda que fluyen como los gases piroclasticos expelidos por el despertar de los volcanes, saturando con rapidez la atmósfera circundante de venenos letales.
Estos cuando son absorbidos por el aparato respiratorio destruyen todas sus vías con el fuego abrasador y el torrente sanguíneo es contaminado por su pócima mortal. De esa misma manera apuran la bebida embriagante del desvarió los que cierran los ojos para no ver el mal, sellan sus oídos para no oír el lamento lastimero de los que están siendo arrastrados por el oleaje formidable de la mar enfurecida, que con su golpeteo incesante contra las rocas, crean la sinfonía macabra de la muerte, entre los gritos de terror de sus náufragos y el fragor de sus ondas embravecidas.
Se cubren con el traje del orgullo para impedir que las vibraciones estertoreas de los que son cimbrados por los pasos de la parca no puedan ser perceptibles dentro de su engreído corazón. allá no se permite llegar el clamor del desvalido, la angustia del que sufre la adversidad, el llanto del niño hambriento, la agonía del enfermo desahuciado, están enhiestos como las columnas de granito, impertérritos al tiempo como las pirámides de Egipto, pero se olvidan del pequeño detalle, que la altivez es perecedera y la humildad eterna.
Estas tendencias impías debilitan la ley hasta el punto de corromperla usándola solo a conveniencia, aplicándola con parcialidad para defender cualquiera sea la posición a ultranza de los que tienen el poder para usarlo omnímodo para sus apetencias y discrecionalidad.
El resultado de tan ominosa manipulación no puede ser otro que negar la verdad con descaro y cinismo proverbial, dar interpretaciones fraudulentas y espurias a todo lo que la realidad los señala como creadores de los males e infortunio de sus congéneres.
Por todas partes la impiedad reina y demanda sometimiento por el poder de las armas y la autorización que le confieren el amparo ilegitimo de la ley y la impunidad como resultado de su indolencia; los inicuos están amparados por jueces corruptos que tuercen la justicia para destruir al débil y favorecer a los violadores de la ley que ocultan tras la mascara de la ruindad la falsa moral de un régimen putrefacto y pestilente.
Si el débil es perseguido por su impotencia y el pervertido es aclamado por su maldad y la justicia humana es torcida para el beneplácito de los impíos, desde el cielo se manifestara la justicia perfecta de un Dios airado para dar el justo pago a todos los transgresores.
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.
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