Es
la propensión a obtener lo que no se necesita por la simpleza de tenerlo, que
en muchos casos ni se utiliza ni se usa, son inconstantes y cambiantes de carácter y siempre manifiestan una forma egoísta de comportamiento, se ve mucho en los
infantes, cuando están rodeados de juguetes que por su cantidad no pueden usar
a la vez, pero impiden que alguien los toque o quiera jugar con ellos. Lo que
pasa es que crecemos y llegamos al estado adulto en tamaño físico, pero no
maduramos emocional y mentalmente, en esas aéreas seguimos siendo los mismos
imberbes de siempre, esto sí es un verdadero problema, porque no hay cosa más
molesta que tratar con adulto externo y con una mente de niño interna.
Esta
inmadurez se pone de manifiesto en muchas personas y sucede frecuentemente
cuando tienen una relación de pareja, ya sea que se cacen o se rejunten como se
estila mucho en nuestra época y no son capaces de adaptarse a convivir juntos, peor aun si hacen su morada en la casa de
alguno de los progenitores, y la madre comienza a atender al hijo porque la
nuera no sabe lo que le gusta o como le gusta o al contrario se atiende a la
hija quitándole la responsabilidad al esposo.
Los
caprichos se generan porque no se enseñan a los niños desde temprana edad los límites
hasta donde pueden llegar en determinadas situaciones y se les acepta todo
comportamiento con la concebida aprobación diciendo: es que solo es un niño. Ese
tipo de opiniones aunque sean verdaderas, permiten que ellos encuentren muletas
para apoyarse y hacer lo que quieran; en una oportunidad un infante de unos
diez años (10) fue llevado al médico por presentar algunos extraños síntomas, después
de los exámenes fue diagnosticado, con la enfermedad de diabetes mellitus tipo
1 y el médico aconsejo a los padres delante del imberbe, que en todo lo que
fuera posible, no le causaran disgustos, no se opusieran a sus decisiones y que
evitaran a toda costa hacerlo rabiar, para que no se acelerara el padecimiento,
haciendo más fácil el tratamiento y fuera
más efectivo el resultado de la prescripción facultativa. De esta plática
se agarro el chico y se convirtió en un dictador y tirano de siete suelas en su
casa. Cada vez que hacia cualquier desproporción y entendía que venía el
reproche o la reprimenda, sacaba de su arsenal el arma predilecta para que todo
pasara por alto: ¡acuérdese que el médico ordeno que no me hicieran enojar!.
Los
atribulados padres estaban en la disyuntiva de dejarlo hacer lo que le diera la
gana o corregirlo conociendo las posibles consecuencias y optaron por lo
primero, se pueden imaginar cual fue el resultado, criaron un niño contumaz,
abusador y déspota hasta decir basta, llego a ser adulto pero solo físicamente y
nadie a parte de ellos pudo tolerarlo y soportarlo, siempre tenía una concubina
diferente que los padres tenían que sostener, ya que el no trabajaba con el
argumento de la enfermedad, estas no aguantaba mucho tiempo sus caprichos y
desmanes abandonándolo rápidamente. Las personas que padecen este desorden psíquico y espiritual les recomiendo al siquiatra Jesús de Nazaret, siempre tiene su
consultorio abierto, no cobra y la seguridad de sanar es 100% por 100%.
Por
el pastor: Fernando Zuleta V.
jajaja Me encantó el final, gracias!!!!
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