viernes, 30 de junio de 2017

LA SOLEDAD





La soledad es un estado aliado para los fuertes,
Ella no te aísla del mundo, sino que te preserva del mal,
No evita las sombras, sino que te enseña a vivir con ellas,
No añade oscuridad, sino confianza y seguridad.
Quien aprende a disfrutarla, sabe que es magnífica su compañía,
Porque te aleja de la barahúnda de las urbes mundanales,
Te corrige en lo oculto y no te avergüenza en público,
Te muestra las flaquezas y te enseña las virtudes,
Nunca te compadece, ella no sabe de blandenguerías,
Jamás toma el camino de la conmiseración humana,
Porque los hombres no nacen para tenerles lastima,
Están hechos para superar todas las contingencias,
Sobreponerse a los más disimiles procesos
Y a vencer en las peores y abyectas condiciones,
Porque no surgimos del azar evolutivo de los tiempos,
Ni estamos al arbitrio caprichoso de los astros siderales,
Sino de la mirifica mente del Señor del Universo,
Que al trasmiteir en sus genes la herencia divina
impide que envueltos en torbellinos destructivos,
nos lamentemos por la inexistente suerte,
y menos por el espurio destino fatalista,
Haciendo de la vida una rutina monótona sin sentido
Que no tiene punto de partida, ni línea de llegada final.
La soledad no es lenitiva, ni permisiva a ultranza,
Ella enseña a depender de Dios y no de su creación.


Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.

A VECES...




A veces sentimos la soledad como un pesado fardo,
A veces llega la nostalgia convertida en poderoso TSUNAMI
A veces se presenta la tristeza como tempestad asoladora
A veces el tedio nos inunda cual riada pavorosa,
A veces el temor invade todos los aposentos del alma,
A veces sentimos que las fuerzas nos abandonan,
A veces los sentimientos nos traicionan,
A veces creemos que todos los amigos nos dejaron,
A veces las dificultades nos amedrentan,
A veces todas las circunstancias nos adversan,
A veces la desesperanza, es fuego abrazador,
A veces caminamos por un desierto incandescente,
Sin embargo está prohibido dejar de resistir
porque nadie ha vivido sin antagonismos,
porque la  existencia sin contratiempos nunca ha existido,
Porque quien renuncia a enfrentar los problemas,
Se sustrae de conocer la esencia de ser humano,
Al no disfrutar la gloria de vencer sus propias debilidades,
Porque la grandeza de los seres humanos,
No es tener victoria en las batallas y ganar las guerras,
Dirimiendo en cruentos combates la supremacía,
Sino derrotar su ego y hacerse igual a sus coterráneos.
Y cuando eso pase, los miedos huirán, los temores se alejaran,
Seremos todos ganadores y no existirán perdedores.
No se nos dio la vida y como acompañante la derrota,
Sino la fortaleza y como compañera la victoria.
En la mente del sabio y omnipotente Creador
Nunca albergo en su pensamiento el fracasó,
Para las criaturas hechas a su imagen y semejanza,
Porque eso no sería una obra prodigiosa, sino un ensayo
Y Él no es hombre para experimentar, sino Dios para crear.

 Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo


 
 

jueves, 22 de junio de 2017

NO LLORES POR MI 7 (continuacion)




No llores por mí, los que alcanzan la gloria eterna
No sufren, no padecen, no sienten dolor,
Están protegidos de toda flaqueza humana,
Han superado las decepciones, la angustia,
Dejaron atrás todos los padecimientos,
Franquearon los muros de la desolación,
Pasaron por encima de los vituperios,
Vencieron las ventiscas y vendavales
y conquistaron la cumbre más alta.
Están disfrutando lugares celestiales,
Allí no hay ocasión para debilidades humanas,
Todas fueron vencidas y desarraigadas
Porque estar donde esta Cristo
Es vivir a plenitud y en perfección total.
Por qué llorar por el que venció las vicisitudes,
supero el mal y gano la batalla final
Y tomando el rumbo de la gracia divina
Traspaso las barreras que lo separaban
De la morada eterna, lugar predestinado
Para los que se amparan en el perdón del Señor,
Los inocentes por ser niños sin conocer el bien,
Ni haber permitido a su alma, entrada a la maldad.
Los que han nacido sin entendimiento y han
vivido como seres impolutos, sin recibir las manchas
Indelebles de los pecados por omisión o comisión.


Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo

domingo, 18 de junio de 2017

NO LLORES POR MI ( 6 continuacion)


No llores por mí, aquí todo es inefable,
no aparece ninguna medida, ni dirección,
los canticos de alabanza al Sumo Creador
no están limitados por medidas musicales,
los arpegios y las notas son tan sublimes
que se extienden en el infinito sus tonos melodiosos,
y en sus ritmos esplendidos hacen que la creación dance
en sincronización impresionante, así se explica su movimiento
en la esfera terrenal, el girar del universo entero
obedeciendo a la cadencia melodiosa de variedad infinita
de instrumentos musicales y sus magistrales interpretaciones
por coros de proporción numérica incontable.
esa armonía melodiosa mueve en todas direcciones
al formidable  universo, haciendo palpitar de vida
todo su contenido impresionante.
Las melodías se generan en combinaciones armoniosas
y sus ejecuciones son tan magistrales y perfectas
que bien pudiéramos vivir en el infinito
escuchando uno solo de sus acordes por toda la eternidad.
La música detiene el tiempo y elimina las distancias físicas
ella nos concede la magnificencia de un eterno presente
Y la grandiosidad de vivir sin tiempo ni limites en el universo.
 
Por el pastor: Fernando Zuleta  Vallejo

sábado, 17 de junio de 2017

NO LLORES POR MI ( 5 continuacion)


No llores por mí, porque no hay razón para llorar,
he pasado la frontera física de la vida terrenal,
ahora disfruto la libertad total ganada por Cristo
en su cruenta y ruda batalla contra el mal,
ahora las edades eternas son mi ruta
y mi camino está marcado por El Salvador,
donde no hay escollos para vencer,
ni pruebas para superar, solo un rictus
de eterna gratitud y calidad sonrisa
en cada rostro que ahora tiene carisma angelical.
No llores por mí, porque he dejado atrás
penurias, quejas y tormentos,
se acabó la lúgubre discordia,
se terminó la acides de la disputa,
se puso punto final a la incomprensión,
los sinsabores de la desesperanza fenecieron,
languidecieron y murieron las controversias,
terminaron los sueños y nació la verdad infinita
de la vida eterna en Cristo Señor Nuestro.
No llores por mí, porque aquí, no hay sueños rotos,
ni ilusiones pasajeras, no hay burbujas
que en un momento inesperado exploten
y nos saquen del confort de lo iluso
a la realidad de dantescas pesadillas.
Aquí no se vive de la esperanza,
sino de la verdad manifestada en Cristo.
La esperanza se cristalizo en la Verdad absoluta.
No llores por mí, las estepas solitarias ya no existen,
los recuerdos y la nostalgia se disiparon,
la oscuridad es desconocida, de ella no hay testigos,
todas las flaquezas se diluyeron,
los sentimientos todos se condensaron en el amor,
la fe es tangible en la verdad insondable,
se corrió el velo de los misterios impenetrables
al darse a conocer la Única Verdad absoluta,
diáfana y pura en toda su dimensión infinita
la luz es indescriptible y la paz es inconmensurable,
el tiempo y las distancias se despidieron,
se han borrado las coordenadas
y las palabras han desaparecido,
la mente del Supremo Hacedor dirige
y son captadas sus intenciones con sincronía absoluta
por huestes angelicales y redimidos por igual,
porque la mente de Dios y su innumerable sequito
son una en Cristo por la eternidad.
 
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo

NO LLORES POR MI ( 4 continuacion)


No llores por mí, esa es ley divina, impoluta, inalterable,
y no podemos variarla un ápice, menos eliminarla,
El hizo normas y principios inobjetables
Él le dice al mar de aquí no pasaras,
El estableció sus fronteras y puso el muro de contención,
invisible, intangible, pero perenne e inviolable,
porque no es acción humana, sino palabra
de la boca del Eterno, pasaran las edades, mudaran
las galaxias, cambiara la dimensión del firmamento,
habrá nuevos universos, pero su Palabra permanecerá inalterable,
y si me amas, como Dios es amor,
transcenderás las fronteras de lo humano y terrenal,
para alcanzar la morada de lo divino y celestial.
No llores por mí, porque las lágrimas son sombras
que oscurecen el corazón y manto negro
que envuelve el alma de mortaja pétrea,
anula los sentidos y cierra el entendimiento,
y el amor es luz de destellos infinitos,
que combaten la oscuridad hasta extinguirla,
de ella no quedan ni pálidos reflejos,
ni huellas delatoras que testifiquen,
que alguna vez tubo pasantías por las policromaticas
galerías que recorren los espíritus libres
de los que se sumergieron en la calidez de las aguas
vivificantes del amor divino.
No llores por mí, porque el llanto no desviara
una milésima la ruta demarcada por El Poder Supremo,
el no conmueve a Dios en su inmaculado trono
sino que nos enseña la finitud de nuestra naturaleza humana,
mostrando en toda su dimensión terrena
la dependencia absoluta del Gran Yo Soy.
 
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo

NO LLORES POR MI ( 3 continuacion)


No llores por mí, tus lágrimas no añadirán gloria,
ni aumentaran el gozo inefable de estar con Cristo,
nada de lo terrenal influenciara en la vida eterna,
porque ningún ser en la dimensión humana
está en capacidad de entender el mundo de los espíritus
estando en una esfera terrenal y aunque se exprima las neuronas
podrá comprender la magnificencia de la gloria que disfrutan
los vivificados por la sangre del cordero sin macula.
No llores por mí, porque si tienes la seguridad
de que he comenzado la época más majestuosa
que ser creado pueda vivir a plenitud,
solo caras iluminados por amplias sonrisas
y sonoras carcajadas deben esbozarse.
Donde florece el amor no hay espacio para la tristeza
igual que donde hay luz, no hay resquicio para oscuridad.
el amor marcha en la plenitud de la luz y El Espíritu los franquea
haciendo de la unión de los tres atributos soberanos
la perfección total y absoluta,
porque este no se exhibe, no grita, no reclama,
se manifiesta en la quietud de quien lo posee
y vive en quien lo alimenta con la bondad,
y se vacía de sí mismo,
para llenarse de su magnánima presencia.
No llores por mí, porque el camino siempre se termina,
no podríamos prolongarlo unos días,
o tal vez unas pocas horas, inexorable
llega el momento del punto final,
y solo El Dios Omnipotente,
tendrá a su libre arbitrio, la decisión
de permitirnos continuar o de señalar su límite,
no está en nuestras manos su continuación,
y todo esfuerzo humano es vano y toda acción inútil,
no somos dueños de los días de nuestra travesía,
vamos por un camino por el que hay que marchar
y solo si aceptamos el que, Él nos ha trazado en la vida
por medio de su Unigénito habrá extensión a la eternidad.
 
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo

NO LLORES POR MI ( 2 continuacion)



No llores por mí, tú has recibido sabiduría
Porque descubriste que el amor
es esencia divina y substancia del Eterno
que no son palabras sino acciones
Que nada tiene que ver los sentimientos,
Con la realidad de la vida misma,
que no es lo que anhelamos la verdad,
sino lo que realizamos lo que la demuestra
porque el llanto no quita la culpa,
ni elimina el dolor, acicatea la fiereza
que manifiesta la impotencia,
no cura las penas, solo las hace latentes,
y sin duda expresa incompatibilidad,
entre  la realidad y el sentimiento,
porque si con verdad, me amaste,
nunca tendrás razones para justificar
rastros de amargura o de dolor,
estos solo se manifiestan en quienes,
son agobiados por la culpa inclemente
que reclama la miseria humana, a quienes,
son incapaces de conocer el amor.
El que conoce el amor de Dios, no llora porque,
no podemos hacer nada en absoluto
por las decisiones ajenas e intransigentes
de quienes rechazan con tozudez y desprecio
la bondad, amor y misericordia infinitos del Sumo Creador,
nadie puede ser perdonado sin querer,
y Dios no da amnistía, porque ella violenta la ley,
su perfección absoluta, siendo Todopoderoso se lo impiden
porque su justicia tiene que ser satisfecha
y solo el sacrificio perfecto de su Unigénito
dibuja el paisaje santo para perdonar sin quebrantar
uno solo de sus mandatos y sin anular ningún decreto.
Es la justificación en Cristo la que permite la redención,
Siendo condición sine qua non, creer en su obra salvífica
Para recibir el beneficio divino de la gracia eterna.
 
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.