(El personaje de la historia y los sitios son reales, lo del repollo lo dejo a su discreción)
Cuando canchilas vivía en Cristales, aprendió la arrieria, tal vez fue el legado mas autentico de su progenitor y muchas otras cosas sobre el campo y la supervivencia, se volvió experto en la obtención de carbón vegetal, aprendió los dos modelos conocidos: el hoyo o resvalon y el de la pila o plaza, su nombre se usaba indistintamente, si el que lo hacia era paisa o rolo.
Lo cierto de todo el asunto es que nos criamos al borde de los bosques o dentro de ellos, nuestro progenitor era un enamorado eterno de esos territorios agreste e inexplorados siempre quería hacer una mejora, así llamaba el, abrir en el medio de la tupida selva adentro un claro, talando algunas hectáreas, hacer un rancho tipo bohio indio, con una cama inamovible incrustada en el piso, con un tendido sobre la madera de hojas de palmicho y estas a su vez revestidas con sacos de estopa o de cabuya (fique), como puerta un enserado colgante en la entrada que solo servia para que la luna no nos pegara en la cara y el viento no se sintiera con tanta reciedumbre, la seguridad era solo simbólica, a sabiendas que por los contornos merodeaban los pumas y los jaguares (león y tigre americanos).
Allí hacia las llamadas rosas de maíz, que casi nunca se cosechaban, por la lejanía y la imposibilidad de llevar el producto a sitios de consumo o de venta, pero servia de festín para los monos, tatabros, saínos, cuzumbos, guaguas, venados, osos palmeros y toda la variedad de aves y pájaros del lugar.Si la patasola residía en esas sercanias seguro que ella también asistía con asiduidad a las comilonas hasta que terminara la cosecha.
Cuando salíamos de Cristales rumbo a esa tierra prometida de exuberante belleza y de aspiraciones de un futuro prometedor, la primera parada se hacia donde terminaba el terreno beneficiado, que era propiedad de un anciano senil, llamado Jesús Arango, con unos cuantos caballos semi-salvajes, que solo el podía acercarceles, a darles sal que solo era lo único que requerían en ese estado, lo que si causaba extrañas sensaciones era escucharlo dirigirse a esos animales con una jerigonza muy peculiar enumerando las cualidades de cada uno y augurándoles éxitos en cada reunión con ellos.El viejo en su desvarió les recitaba poesías y les improvisaba ritmas disparatadas y confusas. De allí en adelante era completa selva virgen y terrenos sin dueños, en su totalidad valdios, que por lo tupido de la vegetación, cuando había un claro solo se veía a la redonda infinita selvas y cielos azules como corona de tanta belleza natural; La segunda parada se llamaba la Esperanza, allí estaba el primer rancho, ese era del hijo mayor, Rafael. Después seguía palo quemado, a continuación estaba el Rocio, tenia el segundo rancho, siguiendo la trocha se llegaba a las palmeras y por fin a Playas Verdes.
En Cristales en una mañana pasaron unos chocuanos, que su trabajo era hacer trueques, canchilas motivado por su peculiar acento y su color impresionante de su piel, negro azabache, el solo conocía en los contornos uno parecido a ellos que lo llamaban pistolita, jamas supimos su nombre ni procedencia; estos especiales transeúntes le ofrecieron a canchilas una semilla prodigiosa de repollo que le garantizaban que si salia premiado, una de esas semillas produciría uno que crecería tanto que tocaría el cielo, para el esto era fantástico, pero como campesino ingenuo. lo creyó posible, el no tenia dinero y el único bien que poseía era su perra gaviota, la cual ofreció en trueque por las fabulosas semillas y se acordó el trato, gaviota marcho al Choco y las semillas a Playas Verdes.
En siguiente viaje a la montaña lo primero que empaco en su corotera fueron las semillas prodigiosas y ya instalados en Playas Verdes, hizo su siembra, tres días después noto que una de las planticas sobresalía sobre las demás y comprendió en el instante que había tenido la fortuna de conseguir la semilla prodigiosa, pero era el momento de regresar y haciendo un pequeño bayado a su derredor dejo aquella maravillosa planta que creciera a sus anchas, sin ninguna limitación.
Tres meses pasaron hasta la otra expedición en los cuales canchilas no tubo paz, ni reposo pensando cada día en lo que habría sucedido con su espectacular repollo. Sin comentarlo con nadie iniciaron la travecia y cuando estando aun bastante lejos descubrieron aquel repollo impresionante que descollaba por encima de las montañas fue que entonces que hizo su relato de lo sucedido con anterioridad.
Esta impresionante planta no dejo de crecer en los siguientes años y por temor a que llenara toda la selva circundante, sin saber que otras implicaciones tendría, se acordó con un equipo multinacional acometer la tarea titanica de derribarla y hacer un estudio científico si era comestible su carne; contrario a lo esperado Estados Unidos opuso férrea resistencia y un sin numero de contratiempos, sin usar ninguna razón lógica, sino solo impedimentos banales y espurios. Al final prevaleció la mayoría, dándose inicio a la ardua y dispendiosa tarea de derribar la fabulosa hortaliza, cuando después de 30 meses de trabajo continuo se logra al fin perseguido es que se conocen las causas por la que se opuso el gigante del norte con tanta vehemencia y reciedumbre a su eliminación.
Habían hecho una base militar de aviones de combate de ultima generación en la cima del repollo sin consultar ni pedir autorización de nadie. ¡Estos gringos son una cosa seria,ni siquiera en los cuentos mas fantasiosos están ausentes!.
¡Eso no lo cree nadie grito un simpatizante de los gringos que estaba oyendo el relato! El narrador le respondió: no tiene que creerlo un cuento es un cuento.
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo ,
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