Es
el llamado interno a ejercer o realizar una tarea o trabajo especifico, sin
tener en cuenta las limitaciones, las implicaciones, las circunstancias o el sacrificio
que dicha acción nos imponga. La vocación tiene que ver con convicciones
intrínsecas, con motivaciones personales y con deseos del espíritu, de manera
que no es cuestión de sentimientos, sino de certeza y seguridad de lo que
estamos llamados a hacer por la voz interna de la conciencia y la reafirmación
de todo nuestro ser.
La
peor tragedia de muchos que eligen una carrera por razones distintas a la que
anhelan y quieren, es que nunca se van a sentir pletóricos y realizados con lo
que hagan, así reciban muchos dividendos económicos o mucho éxito y
reconocimiento público y personal. Cuando una persona tiene hambre, la
necesidad que debe satisfacer es saciar su hambre, no se va sentir bien si le
ofrecemos un magnifico lugar para descansar, un buen baño de agua caliente para
que se relaje, un cama muy halagadora para que duerma, un buen equipo para
entretenerse escuchando música o una maravillosa computadora para que navegue,
etc., etc. cada vez que el monstruo del hambre ruja en su interior y le
retuerza los intestinos recordándole que necesita alimento, la mayor fuerza
motivadora será comer. Ninguna otra cosa por especial que parezca reemplazara la
necesidad de satisfacer el hambre que lo acogota y no lo deja pensar en otra
cosa distinta a esa.
Así
mismo pasa con asumir tareas llevando adelante oficios, trabajos o carreras que
no son los de nuestra vocación, el resultado es que siempre vamos a estar
inconformes y aunque no exterioricemos la confrontación interna con la que a diario
tenemos que convivir, ni manifestemos abiertamente los sentimientos, el
fantasma de la frustración nos rondara per secula seculorum. Digan todos amen.
Hacer lo que es nuestra vocación nos trae satisfacción permanente y alegría
constante, cuando vemos caras largas en las oficinas o dependencias públicas o
privadas de personas mal humoradas que tratan con desdén y malcriadez al
púbico, este completamente seguro que esos individuos no están ejerciendo un
trabajo que les agrada, están allí, por la imperiosa necesidad de subsistir y
no porque les gusta servir.
Ser
servidor encuentra la gratificación en ser útil a otros y lo que más satisface
es poder ayudar a los demás a vencer obstáculos o sortear dificultades, por lo
cual siempre se mostrara amigable y atento con todo aquel que requiere su
atención y ayuda, así que aconsejo que si su vocación no es servir, no consiga
empleo donde tenga que hacer ese trabajo, porque su ocupación se convertirá en
una tortura china y hará que la vida de los que le rodeen se sienta muy próxima
a las flamas del infierno. Trate por todos los medios de estudiar, trabajar y
de ocuparse de lo que sea grato y placentero para Ud. de esa manera tendrá más
probabilidades de disfrutar de la vida y evitara ser una carga pesada para
muchos. Finalmente si no hay alternativa y tiene que hacer lo que no está
llamado a hacer, por razones de peso y obvias circunstancias le insto a que
lleve su carga al único que puede darle descanso reposo permanentes, al Señor
Jesucristo.
Por
el pastor: Fernando Zuleta V.
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