Una mañana cuando llego a mi
trabajo, estaba un hombre conocido esperándome, sin preámbulos se dirije a mí y
me dice: pastor necesito su ayuda, tengo graves problemas y al paso que vamos
caminando va contándome la situación, cuando ya logro entrar a la oficina, estoy al tanto que su esposa lo
abandono y que esa es la causa principal de su angustia y dolor evidentes,
logro que se siente en un sofá y se relaje un poco, para poner en orden las
ideas y tener una visión más clara del asunto, puedo entonces hacer algunas
preguntas para organizar todo este atropellado monologo y convertirlo en
dialogo, ¿cuénteme como paso todo este asunto? Respondió: cuando regrese a la
casa hacia quince días que se había ido, mi mama me informo de la situación. ¿Quiere
decir que Ud. no estaba con ella durante un tiempo más o menos prolongado y que
la tenia viviendo con su familia, si pastor yo trabajo en otra ciudad y siempre
hemos vivido en la casa paterna.
Mi trabajo es ayudar a todo el
que este necesitado y por supuesto haré todo lo que esté a mi alcance para
hacerlo con Ud. pero necesito que haga dos cosas que son de vital importancia
para que podamos vencer las dificultades y le demos solución al conflicto, sin
dejarme si quiera concluir añade: pídame lo que quiera que yo lo haré. Muy bien
lo primero es que responda con toda sinceridad a mis preguntas y lo segundo es
que haga lo que le diga, ¿estamos de acuerdo? Si, si, no hay ningún problema de
mi parte. Entonces pregunte: ¿ama a su esposa?
Si, si ¿lo suficiente como para
perdonar su lamentable proceder? Por su puesto ¿Estaría dispuesto si hay reconciliación
a nunca recordarle el suceso cuando haya
algún tipo de desacuerdo en su relación de pareja? Totalmente. ¿Con que regularidad dejaba a su esposa
sola y cuál es el tiempo entre una y otra venida suya? Casi siempre ella está sola,
no del todo porque esta con mi familia y
es un mes promedio que me demoro cada
vez. Y ¿Cuánto tiempo pasa con ella cuando la visita? Un fin de semana, fue su
respuesta. Mi querido amigo Ud. a desatendido a su esposa durante un tiempo
prolongado, no vio las señales de alarma que la relación estaba mal, porque
literalmente no pasaba el tiempo necesario para detectarlas. ¿Sabe cuál fue la persona con la que ella escapo? En ese
momento no pudo contener las lágrimas y balbuceando dijo; fue… con mi…propio
hermano… me acerque lo abrace y le dije: no todo está perdido, para los que
creen siempre hay esperanza. ¿Será posible que pueda hablar con su esposa? Si, me encargare de ello, muy bien, oramos y con el compromiso de seguir haciéndolo,
nos despedimos.
A los tres (3) días su esposa
vino a hablar con migo y escuche su versión de los hechos, pastor todo se debe
al abandono de mi esposo, tal como lo había intuido, cuando había hablado con él,
estoy joven y es muy difícil estar en una casa donde hay conflictos entre todos
y donde me ven como una intrusa, solo el hermano de mi esposo hablaba con migo
y me ayudaba a vencer el aburrimiento y los malos ratos, poco apoco fue ganado
terreno dándome atención, haciéndome invitaciones al cine, a un restaurante, etc, etc, además me hacia
obsequios y entre otras cosas me alagaba
diciéndome, que un hombre tan desatento como su hermano no merecía una mujer
tan joven y bonita como era yo, finalmente me propuso que si me iba con él, viviríamos
independientes, sin interferencias de ninguno de la familia de los dos lados,
por lo dramático de la situación me pareció una buena alternativa y la acepte.
Por último nos reunimos los tres,
se clarificaron las cusas del conflicto, se tomaron las decisiones correctas según
la benévolas mano de Dios sobre nosotros y acatando las directrices de su Santa
Palabra, comenzando por cumplir el mandato del Señor: perdonar para ser
perdonados, obedecer la sentencia… por lo tanto dejara el hombre a su padre y su
madre y se unirá a su mujer .., se
independizaron y por ultimo permanecieron juntos si lapsos prolongados de separación y el mejoro su atención hacia ella. Han pasado dieciséis (16)
años tienen dos hermosos hijos (hembra y varón) y su matrimonio permanece
porque permanecen en Cristo, que es su guarda y protector.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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