miércoles, 13 de junio de 2012

LA BUENA IMAGEN



  

 En los tiempos que corren y debido a la globalización de las comunicaciones, tener una buena imagen es tan importante como disfrutar de excelente salud, llegando a cobrar tanto auge y necesidad, que en la época ha surgido con fuerza arrolladora la nueva profesión llamada asesor de imagen y todos sus derivados. En algunos casos es vital porque enseñan el comportamiento en público, a expresarse, lenguaje corporal, ha vestirse adecuadamente, etc etc y muchos aprenden mejorando notoriamente su compostura, aunque en forma general solo es un espejismo que refleja una luz que no le pertenece, porque su comportamiento ante las masas solo obedece a necesidades comerciales o a la obtención de conquistas y ambiciones personales, y en el fondo sigue siendo la misma persona chabacana e inescrupulosa.



Nadie va a confiar en persona alguna que presente una apariencia descuidada, que este tratando de persuadirnos de que puede lograr cambios significativos sin que tenga la capacidad de explicarlos con claridad, últimamente en los llamados concursos de belleza, algunas de las favoritas por su impactante porte y belleza no han logrado el titulo, porque al dar respuestas a  los requerimientos del jurado ni siquiera saben de que se trata el asunto y eso las ha eliminado de ipso facto. Muy hermosas, un porte soberbio, un cuerpo escultural, pero dejando mucho que desear en cuanto a cultura  y conocimientos generales.  



La buena imagen no es solamente trasmitir lo que la gente quiere ver o esperan de las personas, sino que esencialmente debe ser lo que realmente somos, porque de otra manera seremos solo charlatanes de oficio y mentirosos de profesión para alcanzar logros estrictamente individuales, en este sentido los más avezados son los politiqueros, que emplean la demagogia o cualquier otro formulismo para obtener prebendas.La buena imagen tiene su origen en el sabio Creador del universo, porque en El está el compendio de la excelencia y cuando nos crea nos hace a su imagen y semejanza proveyéndonos de atributos propios de Él, tales como santidad, sabiduría, entendimiento, misericordia, bondad, amor, justicia, etc etc. muchos de ellos encapsulados en nuestro interior sin poder salir a manifestarse externamente por el revestimiento del oscuro pecado y solo encuentran su liberación cuando esa imagen de Dios se restaura en nosotros por medio del arrepentimiento genuino y real aceptando el plan de Dios para lograrlo por intermedio de Jesucristo.


Intrínsecamente hay un anhelo de manifestar o de tener la imagen de Dios, porque ella es algo inherente del ser humano, pero la separación del que nos creo y el tiempo sin estar  en buena relación con El, ha hecho que se torne borrosa y se haya perdido su esencia, para explicarlo de una manera coloquial, es como la colonia que usamos en la mañana, al pasar el tiempo su aroma se va diluyendo y llega el momento en que se hace imperceptible su fragancia, para volver a oler a ella se hace necesario usarla nuevamente, así es para mantener la imagen de Dios en nosotros se hace imperativo estar en permanente intimidad con El, porque a medida que pase el tiempo sin ese acercamiento igualmente su imagen se deteriora en nosotros. Si quieres tener la mejor imagen, esa es la que Dios desea para ti. Porque desde el principio nos la dio, la hemos perdido, pero su anhelo es restaurarla, pero ¡eso solo lo decides tu!

Por el pastor: Fernando Zuleta V.

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