martes, 5 de junio de 2012

LA DESCALIFICACION





 

La descalificación es una acción deleznable, para mostrar ostensiblemente los defectos y debilidades de otro, siendo muy frecuente entre los competidores sobretodo en la devaluada política, es evidente que cuando se carece de virtudes es más fácil fijar la atención en las flaquezas ajenas para evitar que se descubran las nuestras. En otras palabras es hacer una cortina de humo, para que las personas se entretengan viendo la humareda y de esa manera desvía la atención, además el humo denso oculta a nuestros ojos la realidad y cuando ya se disipa generalmente se ha perdido el interés sobre el asunto.



La descalificacion realza la imperfección de otros, siendo el mensaje que transmite muy negativo, porque no habla de lo que puede y es capaz de realizar o alcanzar, sino de lo que es incapaz el otro, centrándose en mostrar las carencias ajenas, por lo cual la idea que se quiere fijar es simple: no tendré capacidad o habilidad para conseguir los objetivos, pero mi rival tiene menos, porque es inferior.


Así es que la descalificación mirándola de cualquier ángulo, es un mecanismo fraudulento que se utiliza inicuamente, porque su único fin es la destrucción del contrario y aquí no se puede aplicar la célebre y desacreditada sentencia "de que el fin justifica los medios", todo el que escale posiciones haciendo uso de esta horripilante opción no tiene dignidad para ocupar sitial alguno. Cuando se trata de llegar a la cima o de hacer conquistas y de vencer eso debe conseguirse legalmente, porque de otra manera el triunfo es ilegitimo y esto lo convierte en espurio.



El asco ínsita al vomito y eso es lo que produce la andanada de vejámenes, epítetos y frases destructivas con que se definen los contrincantes que aspirar a cualquier cargo público, esto principalmente obedece a que al faltar las ideas, son reemplazadas por la carga nefasta de la descalificación, si no se tiene claridad mental y razones y objetivos precisos, menos diafanidad existirá para transmitir planes y proyectos y ante la carencia y capacidad de ideas concisas y prácticas, se echa mano de la ruindad que significa el señalamiento de los defectos ajenos.


La construcción de nuevas y beneficiosas formas de vida solo será posible, si tenemos en cuenta todos los componentes existentes y mayormente representados en individuos, porque la cuestión se hará funcional con la participación de todos y no con las minorías; los elitismos, clasicismos y compadrazgos siempre serán la peor rémora que arrastran los que están en eminencia, llevándolos a claudicar y a dejar a un lado sus convicciones,  cediendo ante la presión del beneficio que persiguen los grupúsculos, en perjuicio de las necesidades de las mayorías.


La descalificación es un oprobio contra los demás, lo cual demuestra pequeñez de espíritu y falta de gallardía en las relaciones contra los oponentes, todo el que nos adversa necesariamente no está equivocado y si usáramos mas el cerebro que las viseras podríamos sacar provecho en las contiendas, sobretodo políticas, para poner en práctica ideas buenas para todos, pero para eso se necesita humildad y ella es una completa desconocida para la mayoría. Finalmente les dejo este consejo de la Palabra de Dios: nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando  cada uno a los demás como superiores a el mismo.( fil: 2: 3).

Por el pastor: Fernando Zuleta V.




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