Los vicios son una señal de que estamos bajo el control de emociones y sensaciones negativas, un vicio no es otra cosa que el dominio propio desbordado por las pasiones, una incapacidad total de controlar los impulsos que arrastran a los individuos a la practica consuetudinaria de lo que le ordena el corazón aunque lo rechacé la mente y la razón.
De manera que un vicio es una forma de control, que obliga a las personas que lo padecen a realizar la acción aunque sea perjudicial para el. En este sentido el vicio está por encima de la razón, porque aun a sabiendas del mal que se causara sigue en su nociva practica.
Escuche la anécdota del hombre que era un fumador empedernido y jamás dejo de hacerlo a pesar que se le diagnostico un cáncer en la garganta, llegando al extremo de la necesidad de practicarle una traqueotomía al no poder respirar normalmente por la nariz, quedando asombrados los médicos cuando descubrieron, que ante la imposibilidad de fumar por la boca, se metía el cigarro en la cánula puesta en el orificio hecho en el cuello a nivel de la tráquea, para inhalar el humo de esa manera.
El vicioso no actúa con sentido común, sino por compulsión, me acuerdo de un joven consumidor de la destructiva y atroz piedra, el me contaba que en una ocasión, huyendo de la policía, tuvo que saltar de una altura considerable, cayendo apoyado en las manos y el impacto fue tan fuerte, que se le rompieron ambas, como pudo se escondió y comenzó a consumir la droga a que era adicto y portaba en el momento; pasadas unas nueve (9) horas se le agoto la provisión y comenzó a diluirse el efecto narcotizante, fue solo entonces cuando se dispuso a ir a un hospital, para ser atendido de sus lesiones físicas. A la pregunta de ¿cómo pudo soportar el dolor durante tanto tiempo sin buscar ayuda? Me respondió que en esas condiciones no se siente dolor alguno. Entonces pude darme cuenta porque las personas bajo el efecto de narcóticos, se laceran, se golpean o reciben heridas y lesiones físicas y no se quejan o lamentan; pero no solo se hacen insensibles al dolor físico, sino que también causa el mismo efecto en el cerebro y la conciencia, por eso cometen actos demenciales y son tan peligrosas sus reacciones.
Los vicios en cualquiera de sus presentaciones ejercen presión y dominio sobre el individuo, de manera que el vicioso se engaña así mismo, cuando asegura que tiene control sobre el, para que exista control sobre los vicios no puede haber practica de ellos. Una persona está sana cuando no está enferma y mientras este enferma por deducción lógica no puede estar sana.Es igual al hombre que asegura que el ejerce autoridad en la familia, pero cuando llega a la casa, la mujer toma el bastón de mando, pero eso si ¡ yo se lo entrego!.
Los vicios dependiendo de cuales sean producen degradación en las personas, bajo nivel y expectativa de vida, pérdida de la auto-estima, carencia de voluntad propia, deterioro del carácter, enrarecimiento de la personalidad, perdida de direccionamiento en los objetivos, perspectivas envueltas en la difusa neblina de una mente perturbada, conformismo peligroso al adecuarse a situaciones extremas de vida paupérrima, aislamiento social, perdida de la salud física, mental y espiritual, eliminación de los valores éticos, aceptación del fracaso como norma de vida, deterioró o pérdida total de las relaciones familiares, en muchos casos se afectan las funciones cerebrales llegando a la perdida de la razón, sin ser exhaustivos estas son solo algunas de las nefastas consecuencias de los horrorosos vicios.
Cualquiera sea tu caso y aunque tu mismo y los que te conocen crean que eres un caso perdido en Cristo esta la única y total solución, porque ¡conoceréis la verdad y la verdad os hará libre! Tú eliges vivir en la esclavitud de los vicios o en la libertad en Cristo.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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