Sabemos que hay una grande cantidad de situaciones externas e internas que influyen en el desarrollo de la personalidad, en términos más refinados como lo dicen los filósofos y sicólogos: extrínsecas e intrínsecas pero que significan lo mismo, es decir lo que está por fuera y lo que está por dentro, que no son determinantes por si solas y que todos estos factores forman nuestra cosmovisión, que entre otras cosas no es solo ver físicamente sino también, la manera como se perciben intuitivamente las cosas.
Un ciego de nacimiento tiene una cosmovisión muy diferente a un vidente, pero no podemos negar que por el hecho desafortunado de carecer de visión física, no tiene ninguna manera de percibir el mundo, en ese caso la precepción, la intuición y la inteligencia serian las que reemplazarían la visión física. Es el mismo caso de la analfabeta aunque no sepa que existe la palabra que define el sentido y visión que tenemos del mundo, eso no impide que tenga una visión del mundo, podrá ser más limitada y menos impactante, pero es su parecer y es respetable.
Estamos condicionados a situaciones permanentemente como en el caso del jefe policial que le dice a sus subordinados al salir en una noche a combatir el hampa: dispare primero y averigüe después. Ante esta orden perentoria uno de los oficiales le pregunta a otro ¿y este no era el que decía hace algún tiempo que solo usáramos el arma de reglamento en situaciones extremas donde corriéramos el riesgo de perder la vida? a lo que el otro responde: es que se está divorciando.
Es claro que el estado de ánimo motivado por razones en este caso personales ha superado la sindéresis que debiera tener ante el tamaño de la responsabilidad, pero no tiene dominio de sí mismo, las emociones lo han envuelto en un torbellino de pasiones que escapan a su control y habiendo sido por naturaleza equilibrado, ahora esta peligrosamente inclinado por la pendiente de la insensatez. Sabiamente el proverbista sentencia: mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.
He visto casos abrumadoramente, sobre todo en los deportistas de alto rendimiento, que motivados por la efervescencia en la competencias pierden el control y dicen o hacen cosas lamentables, después vienen las consecuencias, multas, llamadas der atención, suspensión de la competencia, sanciones disciplinarias y hasta expulsión definitiva, según la gravedad o la reiteración de los hechos.
La sicología define a la motivación como el conjunto de factores que impulsan el comportamiento de los seres humanos y de los animales, pero todo está relacionado con respuestas biológicas y perceptivas y en ningún caso aparece el elemento espiritual, que es el fundamental para tener control sobre ellas y hacer que sean correctas.
Una persona podrá estar pasando por situaciones muy difíciles y posiblemente no tener ayuda externa y apoyo de otros para superar la crisis, pero si su vida espiritual es abundante se sobrepondrá a cualquiera sea la circunstancia y permanecerá en control de sus motivaciones, es muy alentador recibir de Dios la promesa de: todo lo puedo en Cristo que me fortalece y tener la plena certeza de que se cumple fiel y cabalmente en todos aquellos que le han permitido ser El Señor de sus vidas.
Si tus motivaciones no son buenas y quieres que sea correcto tu caminar, en Cristo esta todo el compendio de las sanas motivaciones y El quiere compartirlas contigo. De ti depende.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
No hay comentarios:
Publicar un comentario