La verdad es que históricamente desde el hombre común hasta el filósofo, del laico al religioso, del neófito al teólogo, del catecúmeno al exégeta, del principiante al erudito, el creyente o el escéptico, varón o hembra, joven o anciano, en todas las épocas y edades de la humanidad siempre se ha buscado conocer el sentido de la vida.
Las explicaciones han dependido tanto de la cultura, el nivel de instrucción, las creencias, la religión, la influencia que otros hayan ejercido sobre su formación intelectual o el empeño personal para encontrarlo, en este renglón muchos le han dedicado tiempo muy generoso a desentrañar esa realidad. ¿Lo han logrado?
El grande tropiezo que la mayoría ha conseguido es tratar de explicar el asunto con su propia metologia y usando su intelecto como recurso para tal fin. El intelectual haciendo un abanico de múltiples posibilidades elige varias entre ellas, de las cuales dará preponderancia a una, que tomara como bandera para inquirir, indagar y finalmente sacar sus conclusiones sobre la cuestión. Sócrates el gran filosofo griego, solo atino a decir: solo sé que nada se, por su parte Renato Descartes, concluye: pienso luego existo, la filosofía atea determina que el hombre es intrascendente y que cuando muere, muere todo.
El hombre natural jamás puede entender el sentido de la vida, porque usa su propia capacidad para encontrarlo, desentendiéndose completamente de su Creador que es el que le da sentido a la vida, porque él es la vida, la cual tiene por sí mismo, la que nosotros tenemos es porque a Él le plació dárnosla y de Él depende que sea transcendente.
El mayúsculo error es querer darle sentido a la vida sin estar en ella, El que es la vida, está claramente establecido que el hombre sin Dios está muerto, aun existiendo en este mundo, porque sin Dios nadie es transcendente y es allí donde está el máximo problema de la humanidad, querer vida sin tener en cuenta al autor de la vida. Más o menos es como creer que el hombre construirá robots que un día se harán independientes de su creador y construiran un mundo a su manera, con sus propias reglas, métodos y leyes. Los robots pienso que nunca lo intentaran pero el hombre lo hace todos los días.¿no sera el Creador de la vida el que sabe cual el mejor sentido de lo que hizo? ¿que hacemos nosotros tratando de explicar sin la participación de su Creador lo que somos? ¿no sera El el que sabe todas las respuestas a nuestras dudas e inquietudes?
Para los que creen que la vida termina con la muerte física, es inevitable que la vean sin sentido, de que sirve todo lo que hagamos si su final está a la vuelta de la esquina, porque las preocupaciones, el instinto de sobrevivencia, la confrontación contra las enfermedades, el anhelo de superación, el deseo de prolongar su tiempo en la tierra, seguir códigos de comportamiento, hacer y aceptar leyes, establecer la diferencia entre lo bueno y lo malo si morimos y termina todo.
Debiera imperar la anarquía y la muerte seria en todo caso una aliada incondicional para poner fin a una vida sin sentido, sin importancia y sin transcendencia. Quien no espera transcender después de la muerte es digno de conmiseración y hay que hacer todo lo posible para que entienda, que hay vida eterna con Cristo y muerte eterna sin El. Tú eliges como dar el paso al final de tu existencia terrenal, acompañado de Cristo que te da la vida eterna o sin El donde tú mismo has decidido la muerte eterna. ¡Es tu elección!.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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