sábado, 20 de enero de 2018

PENSAMIENTOS Y TEORÍAS


Todo pensamiento es una teoría hasta que se haga algo concreto con él.

ESA ES LA RAZÓN POR LA QUE NO SE LE DEBE TEMER AL QUE PIENSA, SINO AL QUE ACTÚA.

Siempre he sostenido que las teorías son especulaciones, ellas no pueden mantener nada como verdad, solo se basan en supuestos, son pura argumentación. Hoy en día están de moda y es posible que cada ser humano pensante elabore su propia teoría, sobre algún asunto, de manera que no hay tiempo, ni capacidad para analizarlas y tomamos las más descabelladas, porque entre más inverosímiles más atención le prestamos y más tiempo invertimos en su  análisis. Gajes del oficio.

Lo que es cierto es que los pensamientos dan origen a muchas realidades, pero es ineludible que tiene que haber abandonado el enclaustramiento mental para que den nacimiento verdades concretas y tangibles. Con esto me refiero a nuevas ideas, no a aquellas que sabemos los resultados y les dedicamos tiempo al análisis, en ese contexto podemos mejorar lo que es real o echarlo a perder como sucede con frecuencia.

Las ideas dándole vuelta al cerebro vienen a parecerse a un genio mitológico encerrado en un recipiente, que hasta que no consigan un amo que los libere no puede salir de su prisión. La cárcel de las ideas es la mente y hasta que no se lleven al plano de los hechos, son rehenes de su propio hacedor.

Las ideas son hijas de la mente, que muchas ocasiones transforma en un reclusorio el taller donde les da vida.

Siguiendo esta dirección creamos las ideas y al mismo tiempo las rodeamos de barrotes que impiden que salgan  a la libertad, esto es más frecuente de lo que podemos creer, muchas personas tiene grandes ideas y grillos poderosos que las sujetan para impedirles usar el libre albedrío.

Una de esas vallas que se levantan para dejar sin ejecución las ideas es el miedo al fracaso, pensamos que nos convertimos en el hazmerreír de muchos si lo que sacamos a la luz va a tener una crítica destructiva, por la simpleza de que nos preocupa demasiado la opinión ajena, nos olvidamos o desconocemos que el éxito, no tiene nada que ver con la valoración o aprobación de terceros, sino con la satisfacción personal.

Otro travesaño muy común es que a veces le planteamos a los conocidos o familia las ideas y mayormente porque no las entienden o están en abierta oposición a las suyas, las rechazan y le colocan el sello de incongruentes o torpes. El resultado es que en vez de conseguir apoyo, encontramos desanimo e impedimentos.

Otra cabilla que se opone con reciedumbre es que pensamos que si damos a conocer las ideas podemos ser objeto de robo o plagio, en este caso particular cuando se trata de invenciones novedosas o mejoras en algunos sistemas ya conocidos y por no correr los riesgos dejamos pasar las oportunidades, se termina el tiempo y marchamos con ideas fabulosas al mundo de las sombras. En esta situación específica es más egoísmo que temor y como no queremos el éxito o la felicidad de otros, nos condenamos a ser infelices toda la vida.

Las buenas ideas que los hombres han transformado en realidad son las que han producido progreso y bienestar a la humanidad.

Determina poner la mente a trabajar en pensamientos buenos y llévalos a la ejecución para producir exitosos resultados y bienaventuranza a todos.


Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario