LA VI
CUANDO ERA OCULTADA POR LA NIEBLA
EN LA TARDE
DE INVERNAL MELANCOLÍA
SE DESVANECIÓ EN EL MEDIO DE LA BRUMA
CAMUFLADA
POR LA DENSIDAD DE LA CALIMA
SU SILUETA
SE ESFUMO EN MEDIO DE LA NADA
CON FUEGO EN
LOS OJOS INQUIRÍ EN EL VELADO PANORAMA
AGUDIZANDO
AL MÁXIMO LA MIRADA PENETRANTE
ERA MAS
FUERTE LA CUBIERTA DEL FRIÓ INVIERNO
QUE LA ESCONDIÓ BAJO EL MANTO DE LA NEGRURA
QUE LA
ATALAYA SUPLICANTE DE MIS ATERIDOS OJOS
EN LO
IMPENETRABLE DE TAN DESVENTURADA HORA
NO PUEDEN VER, POR QUE A SIDO DILUIDA SU FIGURA
NO PUEDEN VER, POR QUE A SIDO DILUIDA SU FIGURA
LLEGO EL FRIÓ A COLMAR MI ATEMORIZADO CORAZÓN
DE LÚGUBRES PRESAGIOS QUE PRODUCE EL OLVIDO
MI ALMA YERTA SIENTE EL HELADO ALIENTO DE LA MUERTE
QUE SE
EXPANDE COMO EL INFINITO UNIVERSO
SATURANDO TODO EL AMBIENTE DE AIRE CONGELADO
SU FRIALDAD
EXTREMA HIELA LOS HUESOS
HACIENDO COMPÁS CON EL ESPÍRITU ATERIDO
SIN FUERZA
PARA EVADIR LA INVITACIÓN DE TANATOS
EL DOLOR DE
SU PARTIDA HA QUITADO EL DESEO DE VIVIR
YA CARONTE
NO NECESITA FORZARME A SUBIR A SU BARCA
LA ABORDO SIN PRETEXTO, LA CAPACIDAD DE VIVIR
SE HA IDO
EN LA FRIALDAD DE LA NOCHE DE TENEBROSA OSCURIDAD
SI ELLA SE HA IDO, CON ELLA SE HA IDO LA RAZÓN DE EXISTIR.
POR EL
PASTOR: FERNANDO ZULETA VALLEJO.
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