martes, 16 de enero de 2018

CUANDO EL AMOR SE VA.




LA VI CUANDO  ERA OCULTADA POR LA NIEBLA

EN LA TARDE DE INVERNAL MELANCOLÍA

SE DESVANECIÓ EN EL MEDIO DE LA BRUMA

CAMUFLADA POR LA DENSIDAD DE LA CALIMA

SU SILUETA SE ESFUMO EN MEDIO DE LA NADA

CON FUEGO EN LOS OJOS INQUIRÍ EN EL VELADO PANORAMA

AGUDIZANDO AL MÁXIMO LA MIRADA PENETRANTE

ERA MAS FUERTE LA CUBIERTA DEL FRIÓ INVIERNO

QUE LA  ESCONDIÓ BAJO EL MANTO  DE LA NEGRURA

QUE LA ATALAYA SUPLICANTE DE MIS  ATERIDOS OJOS

EN LO IMPENETRABLE DE TAN  DESVENTURADA HORA

NO PUEDEN VER, POR QUE A SIDO DILUIDA SU FIGURA

LLEGO EL FRIÓ A COLMAR MI ATEMORIZADO CORAZÓN

DE LÚGUBRES  PRESAGIOS QUE PRODUCE EL OLVIDO

MI ALMA  YERTA  SIENTE EL HELADO ALIENTO DE LA MUERTE

QUE SE EXPANDE COMO EL INFINITO UNIVERSO

SATURANDO TODO EL AMBIENTE DE AIRE CONGELADO

SU FRIALDAD EXTREMA HIELA LOS HUESOS

HACIENDO COMPÁS  CON EL ESPÍRITU ATERIDO

SIN FUERZA PARA EVADIR LA INVITACIÓN DE TANATOS

EL DOLOR DE SU PARTIDA HA QUITADO EL DESEO DE VIVIR

YA CARONTE NO NECESITA FORZARME A SUBIR  A SU BARCA

LA ABORDO SIN PRETEXTO, LA CAPACIDAD DE VIVIR SE HA IDO

EN LA FRIALDAD DE LA NOCHE DE TENEBROSA OSCURIDAD

SI ELLA SE HA IDO, CON ELLA SE HA IDO LA RAZÓN DE EXISTIR.



POR EL PASTOR: FERNANDO ZULETA VALLEJO.

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