miércoles, 14 de septiembre de 2016

¿QUIEN ES CULPABLE?



El que culpa a los demás por su infortunio, es porque no tiene la capacidad para superar los escollos del camino, culpar a otros por nuestra condición es reconocimiento tácito de la imposibilidad de vencer los obstáculos, la marcada tendencia de que otros son los responsables de nuestra infelicidad es renunciar a encontrar el camino que produzca la felicidad, cada vez que endilgamos a los demás  las causas del infortunio renunciamos a los valores y admitimos la cobardía como acompañante.

De nada sirve decir que por culpa de otros estamos mal, eso no remedia la situación, lo único que la cambia es hacer lo necesario para revertir la situación, porque los lamentos no arreglan el caos, sino las acciones que se ejecuten.

Es indudable que es fácil determinar que los demás son responsables por nuestras penurias y la psicología, hace un trabajo funesto al convencer  a individuos que no desean superar etapas, que ellos no tienen nada que ver  en los problemas que padecen, porque dirigen sus baterías a responsabilizar al entorno, haciéndoles creer que el medio donde se desarrollaron es directo responsable por sus desmanes o que los padres por no estar capacitados para criarlos con rectitud, son los causantes de las calamidades que padecen. Total si alguien merece ser enjuiciado por las anómalas acciones es el medio ambiente o la familia, pero el que comete los ilícitos es solo una débil víctima de las circunstancias.

Transferir la culpa ha sido siempre un escape para tratar de impedir que la conciencia ejecute su rol de juez interior y así vivir sin aceptar responsabilidades por las malas ejecutorias, esto se parece mucho a la falsa religión que prohíbe sacrificar animales, porque  consideran una interrupción en la transmigración del alma al creer en la reencarnación, cuando un seguidor  de esta peculiar creencia fue encontrado pescando, al preguntarle si eso no está en contra de sus principios doctrinales, aseguran que no, porque él no es culpables si al sacar el pez del agua, se muere.

Es exacto como tener una pistola y dispararla contra alguien asesinándolo y el indiciado responde ante la incriminación del juez, que él no es culpable si al apretar el gatillo el arma se dispara, también podría decir que el responsable es quien  fabrico el artefacto homicida o el que se la vendió, de esa manera se conseguirán culpables hasta el infinito y jamás se hará responsable por lo sucedido.

Así por el estilo estamos  ocupados en  transferir  a los demás  las equivocaciones propias que en admitir que son nuestras, el resultado de esta pésima propensión es que jamás superaremos  las fallas personales y nunca corregiremos los errores individuales o colectivos.

La pasamos culpando al clima por las malas cosechas sin tener en cuenta que con la mala explotación de los recursos naturales fuimos los causantes directos de todo desequilibrio ecológico y que de allí se derivan esos cambios tan abruptos en la naturaleza.

Si el hombre no acepta  así mismo como propiciador de todos los males que lo aquejan, nunca encontrara soluciones a sus problemas, algunos son tan descocados, que tienen la temeridad de hacer responsable al mismo Creador por sus pésimas ejecuciones. Diciendo con desfachatez indolente, si soy pecador, es porque hay una ley que me dice lo que es pecado y un Dios al que ofendo por su violación, si Dios no hubiera hecho la ley, nada me condenaría, de manera que Dios es el responsable de que peque. ¿No es esto el colmo de la necedad? Saque sus propias conclusiones.


Por  el   pastor:   Fernando Zuleta V.

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