martes, 20 de septiembre de 2016

LA INCAPACIDAD DE SENTIR.



La insensibilidad es en palabras llanas  la incapacidad de sentir; los que han sufrido accidentes fatales, sobre todo cuando se han rota la columna vertebral son víctimas de este terrible padecimiento, esto es porque  las conexiones nerviosas han sido cercenadas, las cuales  unen al cerebro con el cuerpo y al ser interrumpidas no hay la interacción normal, sino que ha quedado desconectado en su totalidad el cuerpo con el comando central y la comunicación es nula por completo, el cerebro sigue activo y continua enviado todas las señales pero el receptor no las recibe por eso es imposible que reaccione al no obtener órdenes del emisor.

Lo normal en la comunicación humana son las palabras, hay el lenguaje corporal con el cual se puede entender con algunas limitaciones en  diferentes maneras de expresar el sentir, también el lenguaje de señas, pero muy pocas personas lo dominan y en el caso del parapléjico servirá solo para recibir información, ya que él no puede usar ningún miembro de su cuerpo para emitir señales.

Aunque todo esto es lamentable y doloroso, no es sin embargo ni de lejos tan dramático y perturbador como el que pierde la sensibilidad espiritual, en esta circunstancias todo está funcionando a la perfección en el área física pero inservible y muerta en la espiritual.

La insensibilidad espiritual hace del ser humano la peor manifestación de vida sobre la tierra, porque lo desprovee del único don que lo hace diferente de los animales como es el espíritu y un ser sin espíritu no siente ni padece por la angustia y el dolor  ajeno. Todos sus sentidos están completos, su cuerpo está funcionando a la perfección, pero está rota la comunicación espiritual con su Hacedor y un ser humano en esas condiciones está muerto en sus delitos y pecados, por lo cual no siente ni el bien, ni el mal, eso lo hace ser indiferente ante cualquiera sea la calamidad que produce o que se presente ante sus ojos.

Los animales no sufren de remordimiento porque para ellos no existen leyes morales, ellos actúan de acuerdo a sus necesidades básicas o a sus instintos, no tienen que arrepentirse nunca, lo que hace que obedezcan a su código de comportamiento y en ese sentido son neutros, ni es bueno, ni es malo.

El hombre es diferente tiene conciencia que le recrimina sus acciones malas y también libre albedrío que le permite hacer cosas contrarias a su esencia  y naturaleza  y por truculencias bien elaboradas en su mente puede desligarse de su responsabilidad moral, pero incapaz de librarse de sus consecuencias, porque está sentenciado por el juez justo del universo: no tendré por inocente al culpable.

El ser insensible no exonera de culpa,  solo hace que crezca cada día el volumen desproporcionado de la carga nefasta por el pecado y aumente la capa en espesor que recubre la conciencia haciendo en todo momento que se ensanche  la brecha entre criatura y Creador.

Solo puedes ser librado de sus fatales consecuencias si se resguarda en el plan de salvación de Dios por medio de Jesucristo, no existe otro camino, ni otra alternativa ¡es tu elección!

Por el pastor: Fernando Zuleta V.



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