viernes, 16 de septiembre de 2016

EL LAMENTO DIARIO QUE OÍMOS.



Todos los días se me arruga el corazón, siendo testigo  de las vicisitudes que vivimos en este gran país con tanto bellaco ejerciendo  la política como mecanismo de ganancia deshonesta, sin tener el mínimo pundonor y en menos proporción la misericordia.

Ayer alas 4 pm mientras compartía con una mujer cristiana, se acercó otra conocida y relato en breves palabras el drama que estaba viviendo ¡necesito ayuda, exclamo! Mi hijo fue diagnosticado  de padecer paranoia, no consigo ningún medicamento, no tenemos trabajo, no hay comida y el hambre agrava más la situación.

Ese es uno de los tantos dramas que estamos viviendo y del cual me toca escuchar a diario en la calle, como pastor soy un blanco elegido por muchos para presentarme sus cuitas, sus quejas y sus angustias.

Otro día mientras vendía mis tortas, uno que estaba cerca me dijo: no he podido reunir Bs 150, para comprar un kilo de auyama, para llegar con algo a mi casa, desde esta mañana que salí aún no he regresado y allá no hay nada para comer y tengo dos hijos pequeños, a veces me provoca meterme a loco y comenzar a atracar, porque nos vamos a morir de hambre.

En la mañana me llego otro a la casa y me dijo: no tiene una torta que le haya quedado o un pan viejo, desde ayer no como nada. El rosario de los que se me acercan a pedir es  abundante y continuo. Pero estamos terminando una cumbre donde grandes pancartas promueven los impresionantes logros del gobierno de turno, y que según los cálculos de los expertos en estas lides le cuesta a esta depauperada economía la módica suma de us$ 150.000.000, léase   150 millones de dólares; se me antoja que todos estos ilustres visitantes debían darse un paseo por donde vive el pueblo llano que ha sido el que recibió el extraordinario beneficio de ser instruido y se debaten entre las enfermedades sin medicinas y el hambre sin poder ser mitigada porque la poca comida que hay tiene precios prohibitivos para poderse adquirir.

El otro asunto es que estos lugares son tierra de nadie y allí solo entran los que las bandas armadas hasta los dientes les permiten o cuando un contingente de los cuerpos represivos del Estado, lo tomar a fuego y  sangre por el uso de la fuerza y la violencia.

Por el amor de Dios, no hay quien use la razón y el sentido común entre tanto adlátere del gobierno y  hablen con la verdad verdadera de toda la tragedia que se vive en esta bella patria cuna y autora de tantas epopeyas pasadas, que enaltecen el gentilicio venezolano y que los que están hoy en la cima del poder están llevando por el tobogán de la miseria a la ruina moral, física y espiritual.

Están escribiendo las páginas más negras y terroríficas de toda la historia de nuestra gran nación, los que cierran los ojos ante la calamidad y taponan  los oídos ante los gritos de angustia del pueblo venezolano, porque no quieren escuchar ni ver el lamento de un pueblo inmerso en la barbarie del más atroz abandono  y la peor desidia de sus gobernantes.


Cuando se escuche el rugir como la mar embravecida de los que claman por la piedad y la justicia, los causantes de esta hecatombe, irán de escondrijo en escondrijo  buscando refugio para  huir de la furia  desatada  de un pueblo sin miedo y sin control, pero será demasiado tarde y entonces no habrá opción, ni de escapar y menos de rectificar.

sinónimos de bellaco: perverso, malvado, vil, bribón, malo, canalla, depravado, maligno, rufián, bajo, desleal, despreciable, traidor.


Por el pastor: Fernando Zuleta V.

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