miércoles, 21 de septiembre de 2016

EL GOBIERNO DEL HOMBRE: MODELOS EQUIVOCADOS.




Los  sistemas para  gobernar que el hombre ha establecido a lo largo de su dilatada historia en la tierra, han fracasado porque son invenciones humanas sin tener como aliado a Dios; la fórmula más perfecta que hasta ahora ha ganado más adeptos ha sido la democracia, pero es un gobierno del hombre para el hombre y ese es su talón de Aquiles.

Hasta que no nos demos cuentas que el hombre solo es incapaz de gobernarse a sí mismo y tomemos la decisión de que gobierne Dios sobre nosotros, jamás tendremos gobiernos perfectos, porque todas las obras humanas apuntan a ser como su propulsor: imperfectas y los resultados serán iguales.

Dios es el único juez justo y perfecto sobre el universo, sería entonces un gobernante libre de toda macula con la moral y el carácter únicos para tomar decisiones sabias, armónicas e inmaculadas. Pero debido a que sus exigencias comprometen al hombre al llamarlo a ser santo como EL es santo, esto imposibilita el sometimiento a sus normas.

Nada se evade tanto en este mundo como cumplir lo designios de Dios, nadie se esfuerza tanto en romper las normas divinas como el ser humano, de hecho ningún otro ser viviente en la tierra rompe las reglas de Dios, porque solo el hombre tiene el espíritu que es la parte inmaterial que nos asemeja al Creador y por medio del cual podemos tener contacto individual con El. El espíritu es el punto de engranaje para que funcione la relación Dios –hombre. La dificultad parte de la situación de enemistad del hombre con Dios, causada por el pecado que rompe la relación y es la barrera número uno para estar separados criatura y Creador.  Toda separación implica muerte, esa es la causa por la que el hombre sin Dios está muerto en sus delitos y pecados.

Jesucristo irrumpe en el mundo terrenal para resolver ese conflicto y por medio de un plan ideado en la eternidad establece el medio para la reconciliación del hombre con Dios, esto le trae como consecuencia su muerte expiatoria en la cruz y el resultado es que se constituye entre el único mediador para restablecer la amistad liberando al ser humano de la barrera que lo separaba de su Hacedor. De esa manera el hilo roto que había  impedido la comunicación Dios-hombre, se restaura y este recibe vida, porque el canal ha sido limpiado y removido todo inconveniente para que fluya la vida  de Dios al hombre.

Esto lo llama Dios gracia porque no admite ninguna paga del hombre para lograrlo, solo tiene que recibirlo, pero es imposible que lo reciba si se niega con obstinación y tozudez a hacerlo. Dios tiene el regalo de vida eterna en su mano y la única cosa que debe hacer el hombre es estirar la suya y asirlo, de esta manera se apropia de la salvación y la vida eterna ¿pero cuantos  lo hacen? ¿Quieres ser uno de ellos? ¡Es tu decisión!

Por el pastor: Fernando Zuleta V.


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