viernes, 9 de septiembre de 2016

¿POLITICOS O HISTRIONES?



Oyendo a los políticos negando con toda pasmocidad la realidad, hablando con seguridad impresionante de mentiras monumentales, me queda solo pensar que fueron graduados con honores en las academias de los histriones, porque hacen extraordinario el rol de actores  curtidos en el oficio,  no parecen ser políticos, ya que manejan con asombro el escenario de la actuación, para hablar de esa manera tan grosera a millones de personas a nivel nacional y sin saberse a cuantos en el internacional, me pregunto ¿pensaran que negando la verdad, se conseguirá su ocultamiento?.

Es impresionante como haciendo malabares con las situaciones transforman con las palabras los escenarios de perdedores en seguros ganadores. No tienen la gallardía de reconocer los signos que indican que están siendo sostenidos por un bordón de tripa y que en cualquiera sea el momento se doblara sin remedio. Se sostienen en la carrera por el impulso que obtuvieron al iniciarla, pero a medida que ha ido avanzando es inevitable que habrá una parada abrupta que los hará rodar sin puntillas como a los toros cuando en el volapié final la espada atraviesa su corazón matándolos de ipso facto.

Cuando no se reconocen los tiempos en que estamos inmersos, se corre el terrible riesgo de que las situaciones se vuelvan en contra y sean imposibles de evitar dando como resultado la perdida absoluta de lo que creímos tener bajo control.¿ qué extraña fuerza hace que el hombre se rehúse a aceptar una derrota sin opciones de triunfo? Un maestro del ajedrez cuando sabe que la partida esta perdida, inclina su rey, dándole la victoria a su contrincante, tiene más honor y sensatez al  hacer esto que esperar que le den jaque mate.

Para mí,  el poder enajena, anula la capacidad de ver la realidad y obstruye las vías de la moderación, me parece que se cierran todas las rutas para transitar por el camino de la lógica y como última medida de preservación nos agarramos del primer cable que creemos que nos pude sostener sin saber que es una guaya eléctrica de alto voltaje que terminara electrocutándonos.

El miedo mórbido de perder el poder,  la posición cimera o las prebendas, con las calculadas secuelas, tiene más capacidad para hacernos seguir en causas perdidas, que todo el cumulo de pruebas que se puedan esgrimir en contra.

Parece que el sopor que produce la contradicción, aletarga y deja sin capacidad de reacción a los que se hunden en el mundo de las utopías, creyendo que sacaran petróleo en los posos que han agotado su capacidad productiva.

Son ciegos mentales que son incapaces de ponerse los zapatos  de otros, ni imaginar los sufrimientos  y sentimientos ajenos, según la teoría de la mente, lo contrario es ponernos la piel del otro para experimentar lo que se siente o porque lo siente y entonces podemos pensar en cómo ayudarlo a que supere sus dificultades, esa debe ser la práctica del que ama al prójimo.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.



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