domingo, 4 de septiembre de 2016

ESCENARIOS QUE PLANTEA EL CONFLICTO EN COLOMBIA.



Continuamos con la guerra.


¿Cuantos años nos esperan de barbarie?

Lo que tengo claro es que será un recrudecimiento del conflicto y ambos bandos querrán demostrar superioridad, diciendo: no quisieron la paz, entonces quieren la guerra.

Se desataran con furia inclemente todos los demonios de la destrucción y la miseria, si aún hay un vestigio de humanidad en esta demencial confrontación, aquí rodara por el polvo y no quedara en pie ningún valor rescatable, será pisoteada toda esperanza y hollada toda posibilidad de entendimiento, solo el fragor de una lucha encarnizada, las explosiones de las bombas, el tableteo de las armas automáticas, el rugir siniestro de los aviones de combate y el llanto y el dolor mezclados harán un cóctel donde la divina comedia será un cuento de niños al compararse con el cuadro horrendo que se develara ante nuestros ojos.

¿Más de 50 años de atrocidades no son suficientes para detenernos en tan vesánica tarea destructiva? ¿Los miles de muertos no nos hacen pensar en que es necesario poner fin a tan macabra pesadilla? La ingente cantidad de viudas, huérfanos, desplazados, mutilados, enfermos mentales, no son un precio elevado que se ha abonado como primera cuota para adquirir la paz?  ¿Hace falta pagar más por continuar con el horror de la guerra?

Si continuamos en la alienante labor del exterminio para demostrar quién es más fuerte o quien tiene la razón, todos los que digan no a la paz arrastraran los pesados grilletes de la culpa y la irracionalidad por el resto de sus vidas como testimonio vivo de la falta de sensatez y equilibrio emocional ¿cuantos querrán ser señalados como artífices del mal por el resto de sus vidas? ¿Cuántos querrán vivir acusados por la conciencia de ser responsables directos, el resto de sus vidas, por todos el salvajismo se ponga en práctica  de aquí en adelante entre los contrincantes?

Ud. que defiende el no con tanta vehemencia y considera que la paz debe de darse bajo sus parámetros y  óptica, ¿está convencido que hace aportes reales al bienestar de Colombia, negando la única oportunidad viable para poner fin a la guerra fratricida? Si continuamos con la confrontación y pasan otros 50 años, para que se presente otra oportunidad de  paz, ¿han sopesado esta consecuencia con el entendimiento y la razón? ¿O solo han obedecido al llamado del corazón, que es perverso e insidioso y solo quiere  cobrar la factura con la venganza?

En mi Caso particular, tengo tres hijos, si uno de ellos falleciera por las balas asesinas en una guerra y se me presentara una ruta de paz con los contrarios ¿Haría bien en rechazarla, por el dolor que me causo la perdida, repudiando toda opción a poner fin a la discordia por no perdonar al ofensor y prefiriendo continuar con la confrontación, aunque seguir con ella sería el precio de la vida de los dos hijos restantes?¿Será eso tener sentido común? ¿Acabara con el sufrimiento? ¿o lo aumentara en proporciones indefinidas?¿ aplaudirán mi tozuda decisión? ¿o merezco el repudio general, por insensato y falto de humanidad? ¿Y qué dirán todos aquellos que se agregan a la lista de los que padecen en carne viva las secuelas de mi insana decisión? ¿Alguna vez tendré paz? Si, solo cuando perdones al ofensor, pero tal vez la vida no me alcance para hacerlo.

Hacer la paz.

Con seguridad todos no quedan conformes, ni aun los que la firmaron, en su interior cada uno piensa  que hicieron demasiadas concepciones al oponente, pero también admiten que de no haber sido así, nunca llegarían a acuerdos concretos y ese pensamiento los reconforta y los estimula para sentirse agradados.

El acuerdo de paz está redactado en 297 páginas y mucho antes de conocer su contenido, los enemigos de la paz ya habían puesto sobre el tapete sus suspicacias y habían hecho rodar la matriz de lo inconveniente de firmarla ¿pitonisas? ¿Adivinos? O ¿charlatanes?

Lo cierto del caso es que muchos adversa el convenio, no por malo, sino porque no se ajusta a sus pretensiones, con certeza las expectativas de paz no les traen dividendos y este no es un trato para ganar dinero, sino para traer sosiego y tranquilidad y esto no se compra, sino que se adquiere usando la razón y el entendimiento 

No queremos la paz, queremos la guerra ¿conocemos cuál es su costo? Y no hablo en términos económicos, sino en resultados humanitarios. La paz que obtendremos no será perfecta y tal vez nunca alcance la perfección, pero tiene más valor un feo vivo, que un adonis muerto.

En paz aunque no se absoluta, se puede seguir construyendo un mundo  humano y sensible, en medio de la guerra no hay tiempo sino para planificar como le hacemos más daño al contrario y de eso dan cuenta todas las horripilantes ideas que se han aplicado a lo largo de la historia en los campos de extermino que se convierten los escenarios de las batallas mortales.

Las estrategias en las guerras no son para ganar, sino para desaparecer al contrario, la consigna del que pelea es destruir al contendiente, no se pide ni se da cuartel o prevalecemos nosotros o prevalecen ellos. En la paz todos podemos prevalecer aunque tengamos posiciones, ideas y puntos de vista diferentes. Todo es susceptible de cambios, mejoras y entendimiento, porque se usa la capacidad innata del razonamiento y se pone en funcionamiento el principal órgano del cuerpo humano: el cerebro.

La paz es la base donde se sostiene el género humano, la guerra es la arena movediza donde se fragua la destrucción de la humanidad.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.


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