jueves, 1 de septiembre de 2016

LAS IDEAS EXIGEN EJECUCIONES.



Las huellas son la marca de lo que has hecho y el sello de las realizaciones.

Es  que no hacer nada por temor al fracaso, ya es un fracasado, cuando se tiene esta posición, siempre estaremos caminando por terrenos estériles, llenando la ruta de disculpas para mantener  la inercia y ser improductivos.

Muchos argüirán que correr riesgos no es de sabios, pero se olvidan que solo los osados pueden alterar el rumbo de los acontecimientos, nadie que no esté dispuesto a desafiar las corrientes que le son contrarias, es capaz de conseguir el viento favorable que lo impulse a llegar al puerto.

Un mundo de conformistas, es un que no tiene superación y jamás disfrutara de encontrar vías nuevas al desarrollo y  los cambios beneficiosos para la humanidad.

El que no intenta hacer las cosas distintas por temor a equivocarse, no ha entendido que los grandes éxitos han surgido de las equivocaciones y que la diferencia es que se aprendió del error, se corrigió y se intentó de nuevo hasta que se logró el objetivo.

No todas las ideas que realizamos en la práctica dan los resultados esperados, muchas tienen que pasar por el cedazo hasta que quede la  esencia y de allí es que surgen las buenas ejecuciones.

La pasividad ha sido el enemigo letal de las conquistas, porque es una forma de desinterés que trae la apatía y termina por echar en el recipiente de los desechos las ideas sin que salgan a la luz, mueren antes de nacer, es de imaginarnos que el cementerio de las ideas sin nacer es mayor, que el que se ha construido con las que se han sido asesinadas.

No se puede saber que da resultados hasta que no se lleve a la práctica lo ideado, porque las ideas sin concreción, seguirán siendo teorías y la teoría es una verdad sin comprobar. ¡Tremenda maraña!

Por el pastor: Fernando Zuleta V.


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