El viento no podrá hinchar las
velas si tú no las levantas, el velero depende del viento para avanzar por lo
cual de la única manera que se aprovecha la fuerza eólica, es que encuentre las velas izadas y
el viento entonces con su poder impulsara
la nave y la hará navegar.
Las personas nunca alcanzaran
metas sino se proponen conseguirlas, porque los buenos deseos jamás lograran
objetivos, eso solo pasa en el mundo mitológico de las hadas y de los genios y nosotros
somos reales que vivimos en un mundo físico que no tiene nada de ilusorio, al
parecer muchas personas esperan llegar al puerto en un velero sin velas, lo que
puede ocurrir es que las corrientes impetuosas arrastren a la embarcación a las
peligrosas aéreas rocosas y
estrellándolos contra ellas las hagan pedazos.
Los sueños tienen
alas, pero si no las desplegas y vuelas en la búsqueda de su
cumplimiento jamás se realizaran, pasara el tiempo y terminaras decepcionando y rumiando la amargura
que te producen los recuerdos de lo que pudo ser y no fue, nunca podrás lograr
lo que sueñas sino accionas y vences la inercia que produce la espera sin
fundamentos y la pasividad sin asumir los riesgos.
Los sueños reclama una buena dosis de audacia, quien no acomete con
decisión hacerlos reales, vera consumir
en la hoguera del tiempo todas las esperanzas y desvanecer en su vida todas las ideas como la niebla
cuando sale el sol.
Los dueños de los sueños y las
ideas que se hicieron realidad siempre tomaron la ruta de la acción y
emprendieron el camino de las dificultades, conociendo muchas veces que todo
estaba en contra de sus anhelos, pero lo que hicieron que se cumplieran, fue
que nunca se rindieron y aun que se cayeron
muchas veces, jamás se quedaron postrados lamiéndose las heridas, sino que las vendaron y en el fragor de la confrontación se curaron y cicatrizaron.
Nunca dieron oportunidad a que fueran doblegados por la adversidad, al
contrario la usaron como estimulo para continuar y vencer, porque no hay mayor
gloria para el vencedor que derrotar lo
que es superior a sus fuerzas o conquistar lo que esta fuera del alcance de sus
posibilidades.
El que sueña tiene una ruta trazada
y aunque no conoce los imponderables, sabe que no está excluidos del sendero, pero como
el que conoce y sabe usar la fuerza del adversario para vencerlo, así mismo aprovecha
cada vicisitud para dar nuevo impulso sus metas y renovar los bríos para
alcanzar la victoria final.
Nunca alcanzaremos objetivos sin
dirección y sueños sin el mapa que traza la ruta, eso será igual que esperar
que el mundo cambie sin nosotros ser los agentes de cambio, solo existen dos
seres que pueden cambiar el mundo, el hombre hecho a imagen y semejanza de Dios
y Dios mismo y solo hay dos seres que pueden impedir que tus sueños se hagan
realidad, tú mismo y Dios, así es que si Dios no lo impide, no hay nadie que
pueda hacerlo.
¡sueña pero actúa!
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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