El camino por donde esta transitando la humanidad, está minado y en
cualquiera sea el momento podemos pisar el detonante que desencadene una
reacción mortal y fuera de control; la condición humana hace que las
posibilidades de choques frontales estén a la orden del día produciendo las
condiciones necesarias para dar rienda suelta a la violencia y la barbarie.
Las etnias se odian y quieren exterminarse mutuamente, las razas no se
soportan y cada una se creé que es superior a las otras, los credos religiosos
estén queriendo tener supremacía y para implantarla se recurre a métodos a
veces crueles y violentos y no se detienen bajo ninguna circunstancia ni por
ninguna razón; las tendencias políticas se quieren imponer a sangre y fuego.
Estamos respirando el aire de la anarquía y viviendo el momento crítico de la
intemperancia y el rechazo por las cosas más nimias de unos a otros.
El afecto natural se perdió y se dio vía libre al menosprecio, no nos
aceptamos, pero si nos agredimos de
todas las formas y maneras, se perdió la capacidad de soportar y el estrés hizo
añicos la tolerancia, la vida dejo de tener el sentido placido del disfrute y
dio paso a la absurda competencia para vivir en la burbuja de la apariencia. Ya
no se obtienen las cosas por necesidad, sino por novedosas; los expertos en
mercadotecnia se dieron cuenta de esta tendencia nociva y reemplazaron lo bueno
y duradero por lo bello y desechable, de esa manera los productores son cada
vez más ricos y los compulsivos consumidores cada vez más pobres.
Ahora las cosas no se hacen para que sean útiles, sino para que llenen la
retina del consumidor y ocupen el vació cada vez más creciente que deja la
ausencia de valores en los individuos. El modernismo dio al traste con los buenos
modales y fueron eliminados de cuajo las damas y los caballeros, las chicas
hablan sandeces en cualquier lugar sin importarles quien las escuche y la opinión
que puedan generar su comportamiento vulgar y desenfadado, por otra parte los
varones piensan que entre más sucio y ofensivo sea su vocabulario son
demostraciones de hombría, cuando en realidad lo que están exteriorizando es la
bajeza y vileza de su endeble personalidad.
El agujero negro donde estamos inmersos, nos atrae en cada momento más a
sus abismales profundidades y su torbellino inclemente amenaza ominosamente con
engullirnos por completo, pero la falta de sentido común y el deterioro de la
capacidad de reacción impiden que
podamos hacer frente ante tan descomunal peligro.
No podemos ver el camino y los terribles peligros que asechan en cada
recodo, porque aunque tengamos 20-20 de visión física, la espiritual es
completamente inexistente y esto obedece a la carencia de la luz que emana del Supremo
Creador, porque si él no alumbra el camino lo estamos transitando en total obscuridad.
Dios es luz y quien no anda con El, sencillamente camina en tinieblas.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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