viernes, 19 de diciembre de 2014

MIREMONOS EN ESTE ESPEJO



Lo que está  aconteciendo en Colombia relativo a las conversaciones de paz entre el gobierno y las guerrillas es para celebrar, pero además es un espejo en el que debemos vernos, sacar buenas conclusiones y obtener un aprendizaje muy barato de lo que para la sociedad colombiana ha tenido un precio tan enorme en lo social, político y económico. No hace falta llegar a los extremos de una confrontación fratricida y al desarrollo de un estado beligerante,  duradero y terriblemente destructivo  para buscar soluciones a las diferencias entre las clases y posiciones antagónicas en la política.

Ante las crisis de diferente índole y con la impronta de un empeoramiento, que de seguir el rumbo terminaran rompiendo el dique de la resistencia tanto de unos como de otros, no se puede llegar a sobrepasar el  límite para comenzar la búsqueda de soluciones, un refrán popular en Colombia dice: después de ojo sacado no vale santa Lucia. En este momento cuando aun no se ha llegado a desatar la confrontación directa y no hay  fuerzas armadas contrarrevolucionarias organizadas, es el tiempo oportuno de sentarse a la mesa de negociación y llegar a acuerdos que beneficien a la sociedad y no a los partidos políticos.

Treinta millones de venezolanos es una cantidad respetable de individuos y es de suponer que la mayoría no está de acuerdo con dilucidar los antagonismos por medio de la confrontación violenta que genera el uso de las armas, sin duda cada uno tiene la opinión y desde todo punto de vista respetable, pero cuando se llega a la conclusión  racional que nuestro enfoque no es correcto es indudable que debemos tener humildad para aceptarlo  y modificarlo. No podemos ser tan obstinados como el capitán del velero, cuando en el puesto de mando el contramaestre lo   previno diciéndole o cambiamos de rumbo a estribor o chocamos contra los arrecifes a lo que este contesto: chocaremos pero el rumbo se mantiene y en efecto se mantuvo la decisión a ultranza, pero también se obtuvo la consecuencia inmediata, el barco termino hecho pedazos en el fondo marino y la pérdida fue abrumadora en todas las latitudes.

Capitán si el barco va directo al despeñadero, no se pude mantener el rumbo por temeridad o convicciones personales, tanto la nave, la mercancía como la tripulación se pueden salvar con un simple viraje, lo que se necesita es usar mas la mente que el corazón, la mente es para razonar, pensar dilucidar, concluir y llegar a determinar cual opción es la correcta y ejecutarla, el corazón es impulsivo, arrebatado, engañoso y mentiroso y no utiliza ni el conocimiento ni la razón, sino las reacciones viscerales y las consecuencias de obedecerlo siempre son nefastas y perturbadoras ¿Cuál de los dos obedecerá?

Recordemos que los negocios son para ponernos de acuerdo y eso es en todas la circunstancias, aunque hay buenos y malos negociantes, cuando se trata de negociar la paz todos somos ganadores y ninguno perdedor.


Por el pastor: Fernando Zuleta V. 

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