domingo, 28 de diciembre de 2014

PONGAMONOS DE ACUERDO



Sabemos que la debilidad está en la mente, que la incapacidad es mental, que la grandeza del hombre no está en su cuerpo, que el poder de decidir no es físico sino mental, quien tiene mente tiene todo y el triunfo en la vida comienza alimentando la mente con los pensamientos que conduzcan a los hechos, y estos son concreciones no ilusiones.

La mente se alimenta de ideas y pensamientos y entre mas se nutra con ellos más poderosa se hace, el quiere mente mirifica tiene que llenarla de todo pensamiento grato, bueno, que siempre este en dirección a hacer el bien, porque lo que tú piensas eso eres. Lo que quieres   ser en eso piensa.  Lo quieras ser, debe de estar atiborrar tu mente, saturarla de ese deseo, llena de ese anhelo, porque ella transmitirá por medio de todas las conexiones sinápticas del cerebro a todo tu cuerpo su voluntad y entonces cada célula de tu ser está recibiendo la descarga y la información y así se dispondrá alma, cuerpo y espíritu  a alcanzar  un único propósito en la existencia.

No puede haber divergencia en la tricotomía humana para conseguir los objetivos, porque esa amalgama solo se interrumpe con la muerte, mientras haya vida no existe posibilidad de hacer división y en compacta unidad todos sus componentes marcharan a la victoria o la derrota.

Fuimos creados para funcionar en total armonía y para llevar a efecto cualquiera sea la tarea tiene que existir acuerdo, los pensamientos no podrán estar divorciados de las acciones y estas de las intenciones del corazón.

El problema surge cuando convertimos la mente en un cóctel y pensamos en una gran variedad de opciones sin decidirnos por alguna especial, esta clase de comportamiento recibe órdenes y contra-ordenes, haciendo que sea imposible apuntar hacia un objetivo fijo, cuando las fuerzas por más poderosas que sean apuntan en direcciones distintas, el resultado siempre será nulo, ilustrare esto con lo que le paso a los Picapiedra, en una oportunidad estaban lidiando con un pesado escaparate y durante un buen tiempo no lograban ningún objetivo, hasta que Pablo exclamo ¡qué difícil es entrar un escaparate! Y Pedro respondió ¿y no lo estamos es sacando? ¡Haga sus propias conclusiones!.

Hay que alinear los pensamientos con las acciones y con todo lo que somos en completa integridad y esto significa que no hay división en ninguna de sus partes, por lo tanto hay  suma de todo, para totalizar todo con el único fin de alcanzar la meta puesta adelante,  viéndola y persiguiéndola sin desviarnos ni a derecha, ni a izquierda, sin correr pero sin pausas innecesarias.

Hasta el amor reclama integridad para que sea perfecto como está escrito: amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, (la voluntad) y con toda tu alma,( lo eterno) y con todas tus fuerzas,(la parte física) y con toda tu mente; (el intelecto) y a tu prójimo( lo colectivo) como a ti mismo (lo individual)(Lc. 10: 27).

Por el pastor: Fernando Zuleta V.















No hay comentarios:

Publicar un comentario