viernes, 29 de diciembre de 2017

SE FUE EL TIEMPO…


Se fue el tiempo de las alegrías, se acabó la primavera,
llego la época de la tristeza, apareció el crudo invierno
Todos los que retozaban en completa seguridad,
viven con angustia días negros de calamidad y dolor,
¿A dónde fue a parar aquella época de esperanza?
¿Por qué fue remplazado  por una de trágica comedia?
 los sueños están rotos y hechos pedazos en el abismo,
inalcanzables e imposibles de cristalizar, ¿Qué paso?
los disipo el viento  turbulento que vino de los confines,
con soplo poderoso convertido en huracán destructivo,
que azoto con pavorosa fuerza todos los costados,
sin dejar en pie resistencia alguna que lo detuviera,
sus bramidos roncos anuncian destrucción masiva,
son premonitorios de que nada inhiesto quedara,
arreciando en cada oleada con su poderosa fuerza,
hasta dejar los valles y las  praderas  como peña lisa.
Algunos huyeron despavoridos de la poderosa tempestad,
se fueron y escaparon de la tormenta desastrosa,  
quedando los que las fuerzas  le flaquearon y cayeron,
siendo presas indefensas de tan horrendo cataclismo.
Fueron hipnotizados con palabras persuasivas vanas,
que prometían un paraíso de felicidad inefable,
convertido en dantesco infierno de dolor tiránico.
El tiempo no es culpable, son las acciones de los hombres,
que lo hacen bueno o lo convierten en tragedia intolerable.
No hemos aprendido  al deambular por esta  travesía,
que las promesas de los hombres son quimeras totales,
para alcanzar las cimas donde el narcisismo es el estandarte,
y el egoísmo el sello irrefutable del megalómano incurable.

Por el pastor: Fernando  Zuleta Vallejo


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