Llego sin recibir
pase de cortesía o esquela de invitación,
Se presentó
como el relámpago que anuncia tempestad,
Se instaló
sin consentimiento, sin mediar consenso,
Tomo como
asaltante armado su nueva morada,
Allí estableció
su cuartel y fijo su horario perturbador,
No vino
sola, trajo como acompañante indeseado,
La angustia
de espantoso y temible historial,
conformando
un dúo de naturaleza ruda y malévola,
Haciendo un
equipo, devastador de esperanzas,
Destructor de
sueños y aniquilador de vidas.
Se convirtió en fuerza que amordaza los sentidos,
Impidiendo que
fluya la libertad del alma y del espíritu
Causo la desesperación
y trajo la sensación de muerte,
Se anunció
sin escrúpulos y violadora del derecho ajeno,
Transgresora
por excelencia de la tranquilidad y la paz
Arremetió con
saña causando estragos en las vidas,
Menguo las
relaciones personales y socavo las amistades,
Rodeo la
vida de murallas y la convirtió en isla solitaria,
Actuó con la
furia del huracán, poder titánico sin control,
Sometió con salvajismo
arrollador el pensamiento,
Anulo la
mente imponiendo sus propias leyes e ideas,
Aniquilo la
capacidad creativa que impulsa el conocimiento
Y fundo la
escuela del dolor y el miedo sin razón ni sentido,
Agolpo todas
las fobias en las mentes, obteniendo el control,
hizo su propio mundo y fue monarca supremo sin
cordura,
y donde reina
la ansiedad todos sus súbditos son orates.
Por el
pastor: Fernando Zuleta Vallejo.
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