El amor es
eterno, es aliento divino
Emanado de fuente inagotable
Y todo lo
inagotable permanece en el tiempo
Y el
tiempo no tiene poder sobre lo eterno
Lo eterno
y el tiempo marchan acompasados
Ninguno tiene
poder para eliminar al otro
Creando un nudo indisoluble e impertérrito
Uniendo
fuerzas equilibradas imposibles de romper
Ninguno
podrá desaparecer, ambos son eternos
Marchan en
una línea compacta y armónica
No se
tienen envidia, no tienen celos por existir
Cada uno
respeta su posición cimera en el universo
El amor
jamás ha pretendido borrar el tiempo
El tiempo
nunca ha intentado anular el amor
El amor no
es eliminado por el tiempo sino por el olvido
El tiempo
no puede retener el amor sin consentimiento
El amor
permanece aunque los sentimientos pasen
El tiempo
es indetenible y el amor imparable
No tienen barreras
que los detengan o desvíen
Ni murallas
que los sometan en su travesía
Para ellos
no existe la luz, ni oscuridad,
No se
agreden, ninguno tiene nada contra el otro
Son
diferentes en su concepción y objetivos
Ninguno
depende del otro, cada uno es único
Se unen en
la ruta porque son viajeros perpetuos
Permanecen
porque no acumulan edad
Ni existe
poder que los limite o los elimine.
Ambos son
existencias inmateriales
No son susceptibles
de medir, ni de palpar
No hay
normas que los enclaustren y los perturben
Son iguales en que permanecen para siempre
En todo lo
demás hay diferencias marcadas
Y eso los
hace marchar juntos al infinito.
Únete al
amor y seguirás al tiempo
Si lo Rechazas
perderás
el tiempo y la vida eterna
Ese amor nace
en Dios, porque Dios es amor.
Por el
pastor: Fernando Zuleta Vallejo.
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