jueves, 28 de diciembre de 2017

¿QUIEN SE ROBO LA NAVIDAD?



Caras tristes se ve en los niños venezolanos, rostros lánguidos que denotan días de escasa alimentación, cuerpos endebles que representan las limitaciones a que han ido sometidos por ayunos impuestos por la falta de comida, la escases de dinero y la imposibilidad de encontrar lo básico para el sustento.

Madres con las huellas delatoras en los demacrados rostros  marcan  los tiempos de hambruna que vivimos, sus marchitos ojos revelan los días de penurias que arrastran en medio de la desolación que se antoja eterna y sin remedio, sus ajados semblantes son el rastro delator de la tragedia que las agrede y las destruye, dejándolas  exánimes y sin aliento ante la impotencia de encontrar soluciones a la crisis devastadora.

Hombres macilentos de mirada perdida deambulan como zombies, tratando de conseguir una oportunidad para llevar algún paliativo para el hambre que está instalada  en la casa y hace estragos perturbadores en la humanidad de cada componente familiar.

¿Qué hacer ante el drama descomunal que mina la esperanza y destruye la fe? Hay impotencia y agonía, marcada en la languidez extrema de seres que ver pasar el tiempo y sienten que en cada hora se agolpa la miseria con saña inmisericorde, golpeando las entrañas y causando arañazos fieros en las vísceras que reclaman incesantes ser saciadas del alimento que les falta.

Así llego diciembre, mes de celebración por excelencia y con él los días de esparcimiento, de compartir los buenos augurios y los especiales deseos de bienaventuranza ¿pero cómo celebrar sintiendo las contracciones que hacen los estómagos vacíos, porque carecen del vital elemento para vivir?

Se escucha el llanto de los imberbes, que no tienen otra manera de reclamar, sino con el lloro lastimero porque el hambre los azota sin piedad.

Nos robaron la navidad, también la alegría y el sustento diario, ¿Quién puede estar contento con hambre? No solo fue esta sino también las pasadas, aquí  se acabó la expectativa por los diciembres, porque la batalla diaria es para sobrevivir.

En estos días hablando con un conocido, siendo las 7 pm me dijo me voy a dormir y al preguntarle ¿por qué tan temprano?, me respondió: por el hambre que tengo, de esa manera puedo aguantarla hasta mañana, a ver que se puede hacer.

Otro en una cola comiéndose un mango con concha y todo me comento: aquí metiéndole un embuste a la barriga a ver si aguanto hasta que pueda conseguir un kilo de harina.

¿Quiénes son culpables? Los gobernantes con políticas erradas y equivocadas que rayan en la imbecilidad, acompañadas por el orgullo falso de que están haciendo todo lo mejor para el pueblo, cuando la verdad es que lo han hundido en el lodo cenagoso de la miseria y de la inopia total. Los políticos que sus metas son mantenerse a flote, sin importar  que el país sea arrastrado a las profundidades submarinas donde solo hay caos y oscuridad.

Tanto la clase gobernante, como la política son depredadores que solo ambicionan adquirir reputación, reconocimiento o fortunas a expensas de la barbarie a que tienen sometido al grueso de la población.

No daría una antigua locha por ninguno de los dos bandos en que está repartido el país: gobierno y políticos ¿Cuánto daría Ud.?



Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.

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