domingo, 24 de diciembre de 2017

CONFUSIÓN




Se reclama con dureza la libertad
se exige con fuerza la comprensión
siempre la tendencia es a recibir
deseo tener, quiero alcanzar
¿Quién quiere dar, quien entregar?
se busca la felicidad, se persigue
todos nos creemos merecedores
¿Habrá precio por ella o es gratuita?
Creo que hay una confusión,
pienso en un grave desequilibrio,
entre lo que queremos o exigimos,
lo que necesitamos y merecemos.
La felicidad se reclama como herencia
porque no sabemos la cruda realidad,
no conocemos sobre ella la verdad.
Algunos la confunden con conquistas
otros con sueños alcanzados,
con deseos satisfechos,
la consideran fuente de placer inagotable,
abundancia de dinero y riquezas,
la mezclan  con el hedonismo
la unen al placer sin limites
no ven en ella el compartir
en suplir la necesidad ajena
en secar las lágrimas del que sufre
en tratar bien al desposeído
en socorrer al niño abandonado
no consiguen felicidad en el bien
la encuentran en el deleite del deseo
en el desborde de la pasión carnal
la ven como realización egoísta
la toman a expensas del dolor ajeno
sin importar cuantos claman,
cuantos gimen y lloran la desgracia
de estar en manos pervertidas
y  vivir en un mundo descarriado
que camina empecinado al abismo
sin tener conocimiento o sabiduría
que se conmutara lo que ahora gozan
por una eterna y terrible agonía.


Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo

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