domingo, 24 de diciembre de 2017

LA OSCURIDAD REAL.




No son las sombras las causantes de la oscuridad del alma

allí no pueden penetrar las penumbras, ni el reflejo de la luz

sobre un cuerpo que proyecta su fantasmal figura,

son los pensamientos que atiborran los meandros cerebrales,

obstaculizan las sinapsis al punto de impedir  su conexión,

alteran las ideas y anulan el entendimiento, trayendo el caos,

origen de las tinieblas del alma, el espíritu  y  la mente.

Las ideas y pensamientos mefíticos detienen la electricidad

que hace que la masa cerebral se paralice y deje de funcionar,

con ello logra que la chispa eléctrica se detenga de inmediato,

impidiendo  la luz que irradia el pensamiento bueno,

anulando todas las conexiones mentales existentes,

dejando en su intrincada formación solo oscuridad perenne

porque se le dio cabida al mal y se desechó el bien.

Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo



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