miércoles, 31 de agosto de 2016

¿TE ATORMENTAN LOS RECUERDOS?


Solo cuando el recuerdo no te produce emociones negativas, es que han sido curadas las heridas, si rememorar te trae ira, rencor u odio, sigues siendo reo de las bajas pasiones y aun estas siendo prisionero de tus sentimientos.

Los recuerdos ingratos tienen el poder de amargar los momentos felices, esto siempre y cuando estén controlados por emociones negativas, ya que su especialidad es mantener sometido a quien no ha logrado perdonar las ofensas.

Es difícil perdonar porque hay que someter el ego, bajarlo del pedestal de la irracionalidad y quitarle el poder que le proporciona el orgullo, no hay peor enemigo para vivir en paz que la soberbia, ella ciega, tapona los oídos insensibiliza el alma y el espíritu. Esta hace el efecto de la anestesia al ser suministrada al paciente, lo adormece y si se pasa, lo deja en estado vegetal o lo mata.

Hablando con un amigo atormentado por la infidelidad de su esposa y ante el dilema de perdonarla y seguir con ella o radicalizar la ofensa y abandonarla en definitiva, le pregunte: ¿la amas? Si respondió, ¿estás dispuesto a perdonarla? Si, reitero. Entonces añadí: amárrate los pantalones, porque mantener tu decisión es solo para los hombres que son capaces de perdonar sin condiciones y restricciones. Esto implica que bajo ninguna circunstancia traerás el recuerdo al presente, que está prohibido decir por la causa que sea: ¿te acuerdas de lo que me hiciste?, más aun, nunca podrás exteriorizar sentimientos de dolor por lo sucedido ante ella y si alguna vez es tema de conversación lo sucedido, que sea porque ella lo saque a relucir, porque para ti está vedado hacerlo. Sí, no se hace de esta manera, lo primero es que tú no has perdonado con sinceridad, por consiguiente la herida está abierta y no ha cicatrizado por completo y ante esa realidad nunca se vivirá en armonía y en paz. 

Si decimos que perdonamos y el recuerdo nos atormenta, el perdón es falso, así que perdonar no es olvidar, sino someter los recuerdos a las decisiones y una de ellas es decirles voy a vivir en paz y a disfrutar de la vida a plenitud.

El perdón es grandeza de espíritu, el rencor es ruindad del alma.


Por el pastor: Fernando Zuleta V. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario