sábado, 27 de agosto de 2016

ASUNTOS REALES



No estamos en el país de los duendes y de las hadas madrinas, sino en uno donde todo es real y se hace necesario seguir las pautas del tiempo para alcanzar las metas que deseamos, cuando un hijo es engendrado comienza la larga espera para la madre de 9 meses, para verlo nacer, si el embarazo no tiene complicaciones, es de suponer que el tiempo parecerá pasar  rápido, pero si las hay, entonces solo lo que están inmersos directos en el asunto son los que sienten lo lenta que se hace la espera.

El refrán popular dice: no es como soplar y hacer botellas, para dar a entender que ciertos asuntos tienen una dosis fuerte de dificultades y que es necesario hacer esfuerzos y resolver los imprevistos sobre la marcha. 

Hago esta reflexión por la razón de los que exhiben una exasperante exigencia, porque al firmarse el convenio de paz entre el gobierno y la farc no se ven los resultados inmediatos, no se dan cuenta que en el  último año y medio del conflicto se han reducido en un 93% las víctimas  en combates entre los dos acérrimos enemigos, que ha habido un tiempo de quietud y las personas que han estado rodeadas  por la guerra ya están recibiendo los beneficios sin haberse terminado por completo el cese de hostilidades.

Son 52 años de confrontaciones armadas, donde al menos una media docena de veces se ha intentado dialogar para poner fin a esta carnicería humana y todas las anteriores han fracasado, dejando un amargo sabor de la derrota a propios y extraños, ahora estamos a las puertas de poner candado definitivo a todas las hostilidades y no es  sensato ponernos el traje del escepticismo y atacar con saña y maña a los actores del conflicto sin tener la certeza de que será otro descalabro en el intento de acabar con esta pesadilla de más de medio siglo.

Los que no se atreven a hacer lo imposible, no logran tener conquistas de altura, está claro que enemigos de tan vieja data, con intereses diversos y puntos de vista tan diferentes, no se van a poner de acuerdo de un día para otro, tiene que haber consenso en todos los puntos tratados y eso entraña muchas dificultades, máxime  cuando están acostumbrados al uso de la violencia para dirimir superioridades y no al dialogo como vía de entendimiento.

A este proceso de paz hay que darle la oportunidad de concreción, porque estamos a las puertas  de alcanzar un sueño que se había convertido en una alucinación, es bueno recordar una frase inmortal del llamado genio del universo, Benjamín Franklin:   Nunca ha habido una buena guerra ni una mala paz.


Por  el pastor: Fernando Zuleta V.

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