sábado, 27 de agosto de 2016

LA PAZ Y LA JUSTICIA




Hay personas que incitan a hacer el mal, y aunque ellos no lo hagan en persona, su motivación lleva a otros a actuar, de igual manera son responsables, en algunos casos crean las condiciones para que los demás  ejecuten las malas acciones, el código penal los llama autores intelectuales, porque fue de sus mentes retorcidas de donde salió la idea maquiavélica y en vez de desecharla la transmitieron a otros de mente débil que realizaron en la parte física los hechos , estos son los llamados autores materiales.

Por lo general la mayoría de los incitadores, no se lían en la pelea física, pero azuzan y estimulan a los demás a hacerlo, en palabras coloquiales son casquilleros, me recuerdo que más de una vez en la infancia participe en peleas callejeras por el estímulo y la provocación de otros, de una que nunca he olvidado llegue con los ojos morados a la escuela y el profesor de turno, me abordo para preguntarme la causa, le dije: pelee con fulano, averiguo las causas, y usando su entendimiento castigo a los que nos aguijonearon para la disputa a puño limpio, bueno, los dos contrincantes tampoco salimos indemnes del castigo. ¡Solución salomónica!  

En nuestros tiempos la guerra siempre la pelean los de a pie, los provocadores están ocupados de brindarle las armas a los contendientes; en el campo de batalla caen los que no están defendiendo nada, sino que son usados como carne de cañón, son manipulados y obligados por leyes y normas instituidas por hombres que han visto en las contiendas los medios para tener fortuna fácil a costa de los incautos.

En la antigüedad los reyes o gobernantes comandaban la vanguardia de los ejércitos en los campos de batalla, muchos de ellos murieron en buena lid, algunos escapaban heridos, pero al sanar quedaban listos para volver al frente y ser los directos responsables de ganar o perder los combates. Hoy dan las órdenes de un cómodo bunker a veces a miles de quilometros de donde se están generando los acontecimientos.  Todo el que quiera la guerra debe de ir al frente del combate.  Si los países establecieran leyes inviolables para hacer la guerra, obligando a los que las hacen a ir al frete de batalla, haría mucho tiempo que se hubieran acabado las disputas por medio de las armas y todo se arreglaría con la diplomacia y el dialogo entre los adversarios.

Los que quieren el no en el próximo plebiscito para poner fin al conflicto armado colombiano, no pueden alinearse en alguno de los dos bandos en contienda, porque no será aceptado por ninguno, porque ambos desean la paz y estarán en el medio sin poder decidir por cual inclinan su preferencia, pero hay que recordarles que no se pude quedar bien con Dios y con el diablo, Dios es amigo incondicional  de la paz, en esa circunstancia la pregunta  ociosa pero validad es: ¿de qué lado están?

Otra cosa que es importante a tener en cuenta para los que reclaman justicia, que la justicia del hombre es catalogada por Dios como trapos de inmundicia (Is.64.6) está comparando a la justicia humana con los trapos que las mujeres usaban cuando tenían la menstruación, faltaba mucho tiempo para que se inventaran los toallas sanitarias, hoy en palabras contemporáneas se diría: la justicia de los hombre son como las toallas sanitarias después que las mujeres las han usado para evitar que los derrames por la menstruación se hagan visibles.  Y esa es la justicia que reclaman los hombres, una que se acomode a sus pretensiones revanchistas y se olvidan que la justicia perfecta  es de DIOS Y El dará el pago que merece cada uno de nosotros.

Por el pastor:  Fernando Zuleta  V..     


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