Hay muchos
aspectos de la conducta humana que deben analizarse con mente fría y fuera del
deseo innato de tener la razón.
Cuando me
muestres un hombre sin contradicciones, te enseñare una mujer sin defectos.
Los hombres no entendemos las mujeres y ellas
no nos soportan a nosotros, pero sin manera de eludirnos tenemos que marchar
juntos por los senderos de la vida; en los fracasos en la relación de las
parejas cada uno hace culpable a su consorte de la ruptura del vínculo
matrimonial, ignorando ambos que el contrato obliga a las dos partes a aportar
el 100% para que su vigencia permanezca, no es como se acostumbra decir que
cada uno debe de dar el 50%, si se piensa y actúa de esa manera el naufragio será
más que evidente y perentorio.
La principal
tarea de los conyugues es crear el ambiente grato y agradable al otro, no esperar
atenciones, sino proporcionarlas, a mi modo de entender, el amor se conoce recibiéndolo
y no existe mayor demostración que darlo sin medidas, ni pausas.
Cuando alguien
siempre está esperando que le den amor, se llama acaparador de atenciones y la
contra parte es que debe ser generador de ellas, para que se opere la retroacción,
que no es otra cosa que sacar de Ud, lo que quiere que regrese. Esa es la fórmula
para asegura el éxito en las relaciones
de pareja, dar y se opera el efecto bumerán.
¿Por qué el derrumbamiento de los matrimonios? , por la sencilla
razón de que esperamos recibir lo que no tenemos intención de retribuir.
Cuando era muy joven comencé a galantear una
chica impresionante, que encajaba a la perfección con el modelo de mujer que
soñaba, el encanto se terminó cuando en una de las habituales pláticas me advirtió
sobre sus pretensiones y estilo particular de vida, al decirme: soy una mujer
muy costosa. No reproche sus palabras, pero me aleje, porque no estaba a la
altura de sus ideales, era un limpio y los limpios no pueden encarar esos gastos
superfluos.
Da lo que
tienes, que la ley de la compensación es real,
pero no esperes que te den para dar, porque allí no opera la
reciprocidad, sino el interés egoísta.
Por el
pastor: Fernando Zuleta V.
No hay comentarios:
Publicar un comentario