“Con Dios todo y sin Dios nada”
tienen como eslogan muchos y es un letrero que se ve escrito en diferentes
lugares públicos, en sitios de toda naturaleza y casi en cualquier clase de vehículos, pero en
forma general tiene un sentido de amuleto y fetichismo, no de certeza y
seguridad, porque estas personas que lo exhiben no lo hacen por convicción o
por fe, sino por miedo, lo cual implica un desconocimiento total del ser que
invocan, esto se hace patético al hacer una sola pregunta a sus suscriptores
¿Obedece Ud. A Dios? Generalmente todos responden con otra pregunta ¿y Ud. Lo
hace? o con la evasiva eso nadie lo puede hacer.
La cuestión es que nos agarramos
de consignas que nos parecen adecuadas o que tienen un tinte que emana o evoca
protección, porque es ineludible que todos queremos protección y el deseo es de
siempre salir bien librados de los aconteceres diarios, este tipo formulismo es muy común de los seres humanos,
porque es la manera de llenar un espacio vacío en el ser, por la ausencia de
Dios en el corazón y como mecanismo recurrimos a frases que no van a tener
ninguna incidencia real en los sucesos, pero nos aferramos a ellas como la
tabla de salvación para el naufrago y en bastantes ocasiones les damos el
ribete de mágicas, sin conocer que Dios es omnipotente y a Él lo mueve la fe
que tengamos en El, porque lo conocemos personalmente y no por referencias o
alusiones a su nombre y majestad.
No podemos invocar al Dios que
otros conocen, sino al Dios que conocemos de manera directa, pregúntele a los
hijos de Esceva, cuando trataron de someter las fuerzas espirituales en el
nombre del Jesús que predica Pablo; el espíritu demoniaco respondió: a Jesús
conozco, y se quién es Pablo; pero vosotros, ¿Quién sois? ( hechos: 19: 13 al
16).Evidencia clara y contundente que pronunciar el nombre de Dios no es
sinónimo ni garantía de que estamos bajo su protección y cuidado, porque nadie
puede llamar a Jesús Señor, sino por el
Espíritu Santo y esto solo sucede cuando se ha nacido de nuevo, como está
escrito: mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les
dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de
sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de
Dios.(jn:1:12-13)
Queda claro que todo lo que se
nombre o se diga de Dios sin tener relación personal con El, es completamente
inocuo, porque su nombre no es el que hace las cosas, sino el ser omnipotente,
omnipresente y omnisciente que es El y que respalda a los que lo conocen en
Espíritu y en verdad.
De ti depende que esa famosa
frase “con Dios todo y sin Dios nada” tenga vigencia y recobre realismo en tu
vida, tenga protagonismo y forme parte del vocabulario de un hijo de Dios, para
que lo uses cuando las circunstancias lo requieran. Termino este comentario con
un pasaje bíblico que resume todo lo dicho con anterioridad: de modo que si
alguno esta en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí
todas son hechas nuevas (2cor:5:17.)
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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