Ya que de manera general, todos hacen un alto en el camino, para mirar atrás, algunos hacen mea culpa por los errores, otros promesas con el fin de ser mejores, una buena cantidad no se preocupan y continúan en su rutina sin alteración perceptible, esto debido a lo variopinto del ser humano que hace de cada individuo un ser sui géneris. Escribo estas reflexiones.
Siempre me ha gustado el adagio colombiano: "es más fácil mantener quietos a una docena de monos para una fotografía que entender a las personas". Esto se compara por la naturaleza hiperquinética de los cuadrumanos y la forma diferente de la conducta humana, siendo más acentuada en el género femenino, al llegarse a la conclusión un poco fatalista de que a las féminas nunca se debe tratar de entender, porque eso sería una quimera y para no mantener una confrontación permanente, resumen el consejo los expertos en la conducta femenina, así: no trates de comprender a la mujer, solo amala.
¿Es pues una completa utopía el alcanzar el entendimiento en los seres humanos?
El asunto escapa del control por la individualidad de cada uno, hecho que resalta lo complejo de cada persona, jamás encontraremos dos individuos que sean tan afines que se entiendan en todo, creo que cuando alguien se compenetra con otro hasta llegar a estar identificado actuando igual, el tal ha perdido su personalidad y a renunciado a su libertad, nadie es igual a otro, cada uno es único.
Las únicas personas que piensan, actúan, definen, y se entienden en absoluto en todas las dimensiones conocidas y por conocer son divinas:Padre, Hijo y Espíritu Santo.Queda claro que la comprensión perfecta tiene por fuerza mayor que elevarse a la cima de lo espiritual y sobrenatural, en el plano natural eso es inalcanzable, por la razón simple de que todo lo que es materia sufre las consecuencias del tiempo y esta merced de cambios y variaciones, esto contrasta con Dios en el cual no hay cambios, ni sombra de variación, siendo el mismo ayer, hoy y mañana.Porque Dios es Espíritu.
Mientra giremos siguiendo nuestros impulsos y deseos sin tener en cuenta al Creador, más antagonismo surgirá y menos posibilidades tendremos de entendimiento, necesitamos dejar la vida natural que está anclada en el plano horizontal y restringida a lo terrenal, si es que en verdad anhelamos y queremos comprensión,es imperativo, no optativo tomar la dirección vertical, esta solo se logra en la dimensión espiritual y esta demanda relación con Dios, la cual hace del hombre una nueva criatura, condición ineludible para cambiar la vida terrenal y natural y conseguir la espiritual y sobrenatural.
Por esta razón se llama a las personas a no meterse en la empresa imposible de cambiar el mundo, cuando se dice: no cambies el mundo, cambia tú. Estos cambios con mucha frecuencia son externos, muchos se deciden a cambiar su apariencia, se compran nueva ropa, se someten a una dieta, se hacen un peinado diferente, se tiñen de otro color el pelo, visitan un experto en estética y se pasan el bisturí por ciertos lugares para mejorar su figura, pero todo eso es externo, cambio de fachada, que no altera en lo más mínimo su personalidad, seguirá siendo el mismo musiu con distinto cachimbo, en otras palabras el mismo payaso con disfraz nuevo.
Los cambios externos son superficiales y solo obedecen a mejorar la fisonomía y la apariencia, en esencia la naturaleza queda intacta, Dios quiere darte un nuevo documento de identidad, donde los cambios son internos y radicales, quiere que te registres en el libro de la vida, pero es necesario nacer de nuevo y recibir un nuevo espíritu, un nuevo corazón y una nueva mente, todo viene en un paquete completo y solo lo obtienen quienes deciden por voluntad propia aceptar a Jesucristo como único y suficiente Salvador.
¡Es tu decisión! de ti depende, iniciar una nueva vida en el marco de lo espiritual, o continuar con la antigua en el plano natural.
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.
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