En la clínica hay un paciente muy enfermo del corazón y es necesario tomar decisiones durisimas, pero inapelables para salvarle la vida, ya que se han aplicado diferentes formulas y ninguna a dado resultado, al contrario de lo esperado ha empeorado la salud del enfermo y se prevé que puede sufrir un colapso en cualquiera sea el momento, irreversible, terrible y fatal.
El medico cardiólogo mas experimentado y encargado de practicar estas peligrosas y costosas operaciones, no puede esperar mas, la decisión hay que tomarla ya, pues dependiendo de ella, esta la vida o la muerte del paciente y se siente directo responsable por lo que pueda suceder y en lo inmediato hace habilitar el quirófano, llamando a su formidable y profesional equipo a realizar esta tarea tan impresionante, como riesgosa y monumental, algunos de ellos como el anesteciologo, el jefe de quirófano, las enfermeras y alguna catorcera de avezados profesionales solo se enteran de tan dramática decisión cuando están en la sala de operaciones y ante ellos el cuerpo exánime del moribundo individuo.
Después de exponer con vehemencia sus razones de tan inesperada reacción, les recuerda el juramento hipocrático y los conmina a entregarse sin rodeos y con genuina pasión a la tarea titánica de hacer el trasplante de corazón de inmediato, el tiempo es el enemigo a vencer.
Se da inicio a la formidable labor y se escuchan las voces de ordenes y acciones en la jerga científica que solo ellos entienden, el ajetreo es impresionante, las idas y venidas y el movimiento inusitado que dibuja lo monumental de este trabajo excepcional.
Cuando se ha echo la parte mas difícil y encomiable y el corazón ha sido sacado de la caja torácica de la pobre víctima, se escucha el vozarrón atronador del jefe de cardiología que dice: PASEME ASISTENTA EL CORAZÓN DE REEMPLAZO y es en ese momento que todos quedan, anonadados, estupefactos y en shoock, porque no había corazón de reemplazo.
Doctor: ¡no tenemos en el quirófano un corazón para trasplante! dice con decepción y angustia la frustrada enfermera. A lo que el eminente y desquiciado galeno, agrega, menos mal que no incineramos el que no sirve,volvamos a colocar ese, y esperemos que aguante hasta el 2 de enero del 2017.
Esto no es otra cosa que la confabulación planificada y llevada a la practica por los competidores que quieren destruirnos, pero somos invencibles, no lo olviden colegas y colegos ¡venceremos!
Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo
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