miércoles, 28 de diciembre de 2016

LA ESPERANZA Y LA FE.



La esperanza nos da aliento de vida para continuar el camino lleno de obstáculos, animándonos a seguir porque al fin las vicisitudes seran vencidas y se iniciaran épocas mejores, la esperanza nos mantiene vivos en el área física, el que no la tiene, se convierte en un zombie, porque se mueve por estímulos mecánicos, pero ni el espíritu , ni el alma habitan en el cuerpo corrompido por la ausencia de los elementos generadores de la vida. 

La fe es diferente porque ella hace creer lo imposible, mientras la primera se refiere a la actitud que debe mantenerse hasta lograr el cambio en las circunstancias presentes, la segunda tiene la convicción de que ya está hecho y solo hay que estar firme hasta verlo tangible y realizado. La fe nos mantiene vivos en la esfera espiritual.

La primera está diseñada para producir resistencia en los individuos, la otra para obtener confianza en las promesas de Dios, que como sabemos tienen su asidero en su palabra y no está condicionada a situaciones lógicas, sino a sobrenaturales, y tienen su origen en Dios.

Se puede tener esperanza de que las cosas cambien para bien dentro determinado tiempo, eso está dentro de la naturaleza humana, pero creer en la segunda venida de Cristo personal y visible a la tierra, escapa a la capacidad de la esperanza y se adentra en la fe, que es de naturaleza divina y hace tener seguridad de lo que es imposible para el hombre, pero posible para Dios.

 La fe en Dios no hace las cosas, cree que están hechas las ve realizadas por quien tiene potestad en todo y en todos.

Todos los hombres pueden tener esperanza, pero no todos pueden tener fe, la causa es que la primera es una facultad que está en cada célula que compone al ser humano, es un elemento genético transmitido de forma natural, la segunda se obtiene por el oír, y el oír, por  la palabra de Dios (rom. 10:17), por lo tanto es adquirida de manera sobrenatural y sólo la reciben los que son convencidos de creer y no rechazaron su ofrecimiento.

De allí que a nadie se cuestiona por no tener esperanza, pero si por no tener fe, porque sin ella es imposible agradar a Dios.

Si observamos la obra de Cristo relacionada con sus milagros, notemos que siempre premió la fe, se oye decir al Señor de manera reiterada: por tu fe o tu fe es la causa de ...

Debes tener esperanza, pero sobre todo fe, porque ella es la seguridad de lo que se espera  y la convicción de lo que no se ve.( heb. 11. 1).

Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo

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