jueves, 29 de diciembre de 2016

SIN DIOS ¿QUE PASA?




Esta madrugada me desperté dando gracias a Dios por darme un dia mas de vida, por permitirme otra oportunidad para exaltar su nombre, reflexionando sobre este asunto comprendí lo inmerecido de recibir su gracia y lo bendecido por tenerlo como el Señor de mi existencia.

Considere las noches negras y sin luna y sin estrellas, pero son nada comparadas con las  almas que deambulan en el mundo sin esperanza y sin Dios.

Pensé en los días tormentosos atiborrados de oscuros nubarrones que opacan el sol impidiendo que su luz y su calor nos lleguen con fluidez y me dije no tiene comparación con lo tenebroso del camino en esta tierra sin Cristo y sin salvación.

Analice la dureza de los desiertos de dunas infinitas, de sol inclemente que calcina los huesos y hace que la sed devore las entrañas de  todos los que extravían en sus extensas y mortíferas llanuras de arenisca polvorienta y exclame : ¡son sólo un tenue y pálido reflejo de los hombres sin Dios!.

Me traslade a la inmensidad de las estepas solitarias y vi en su abrumadora dimensión el rostro de la angustia de la humanidad, manifestado en su sinuoso yermo, su frialdad inmisericorde y razone: ni en una proporción infinitesimal se acercan a la calamidad que presenta la humanidad al ignorar a su Creador. 

Observe las urbes desbocadas en carnavales sin medida ni control, con seres que transitan en busca frenética del placer, arrastrados por garfios puestos en sus quijadas al despeñadero brutal de la locura colectiva que produce un mundo entregado a lujuria sin reserva, ni limitación. Pensé: son ciegos guiados por invidentes, donde todos se precipitan a los acantilados de espeluznantes salientes rocosas que los harán pedazos cuando sean lanzados al abismo.¡inquire: es solo una leve muestra de lo horrenda que se presenta la humanidad que ha dado la espalda a su Hacedor!

Vi la juventud en su macabro derrotero unido con el consumo de estupefacientes y drogas  alucinantes, con sus rostros desfigurados y lacerados por los dardos ominosos que dejan los rastros pavorosos de la asociación con tan dantescos personajes y con sus movimientos pesados y vacilantes tenían más parecido a los zombies que a los humanos. Considere tan nefasto comportamiento y tan atroces consecuencias, pero nada de tan dantesca visión se compara con el hombre que rechaza la misericordia del Amo del universo.

 Una sociedad marcada por el deseo pernicioso de tener todo lo material, solo porque la anarquía propicia la ley del más fuerte y crea el marco referencial para la práctica del abuso, profundiza las rutas del antagonismo agotando la capacidad de soportar, y conduce a la confrontación inevitable de los oprimidos y los opresores, donde las consecuencias serán de ruina, destrucción y muerte, ese es el precio por desechar  la verdad del Gran Yo Soy.

Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo


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