domingo, 22 de mayo de 2011

MACHISMO Y FEMINISMO


El machismo y el feminismo son dos caras de la misma moneda, personalmente no estoy de acuerdo con ninguna de las dos posiciones ambas son extremas y como me decía un antiguo y sabio profesor de teología,” todos los extremos son malos, todo lo que llevemos estirándolo hasta mas allá de los limites se constituye en un error “ Lo que si soy es un furibundo defensor del derecho que tienen las mujeres de ser iguales a los varones, las diferencias algunas morfológicas y fisiológicas por razones de funciones distintas del organismo, otras  externas  físicamente para  marcan la diferenciación entre los sexos, son necesarias y complementarias, sin poder subsistir independientes los unos de los otros, por elementales normas de sobrevivencia tenemos que vivir en comunidad, ni aun las temibles y aguerridas amazonas pudieron eliminar a los varones de sus vidas y aunque no hacían vida ordinaria con ellos, cada año se unían sexualmente para la reproducción y  preservación de la especie, siendo algo mitológico, no pudieron los creadores de la leyenda encontrar una forma de reproducción asexual para ellas. Ni modo tenemos que marchar juntos ineludiblemente, está marcado nuestro derrotero juntos, estemos de acuerdo o no, no hay opciones, es la norma y así está establecido,  los dos vivimos o los dos morimos, pero ninguno sobrevira separadamente, por lo cual será mejor, limar las asperezas, buscar soluciones conjuntas a nuestras diferencias y procurar que cada día vivir mejor y en armonía.

La mujer  tiene los mismos derechos que el varón, pero ha iniciado un camino muy peligroso y desorbitado para reclamarlos y exigirlos por medio de la llamada “revolución femenina,” creo que un nombre más apropiado y realista, seria “ la  destrucción femenina “ porque para hacer lo que están haciendo, tiene que haber una perturbación psicosomática de gran envergadura y altamente contaminante y malignamente contagiosa .

Veo con asombro y preocupación que no busca la igualdad de derechos en el plano de la superación personal y el equilibrio en la esfera intelectual o en cualquier rama que tenga que ver con el saber o el conocimiento, esto ocurre pero no tan asiduamente como debiera ser. En lo que si la mayoría abrumadora está de acuerdo, es ser igual al varón en la práctica de la perversión.

Hay un desenfreno total en busca de placer y cada género apuesta y compite para saber quien lo hace peor y más detestable, es una competencia de insensatos  a ver cual llega primero al abismó, quien  se auto-destruye primero, pero como dijimos anteriormente o vivimos juntos o morimos juntos, somos siameses que no se pueden separar, porque compartimos órganos vitales para
vivir y tratar de separarlos es condenarlos a ambos  a morir irremediablemente. El problema que tenemos con la promocionada igualdad de los sexos, no atañe exclusivamente a que el varón tenga relegada la mujer a un plano inferior, es más bien un anhelo morboso de ser tan depravada como el varón y reclama el derecho de igualarlo en la perversión de sus actos. Establezcamos un paralelo: el varón se emborracha, ella también lo hace; el consume estupefacientes, ella reclama el derecho de hacerlo; el es infiel, yo también puedo serlo; el varón asume el papel de seductor, ella también ataca a los mancebos y se ofrece; que el macho es lujurioso, ella asume el mismo patrón; las guerrillas tienen en sus filas cientos de féminas, porque si los varones matan, nosotras también podemos asesinar; que el varón deja hijos abandonados, mujer responde con el monstruoso aborto ¿En cuál de estas situaciones se está usando correctamente la libertad y ejerciendo el derecho de la igualdad? En ninguna, porque imitar a otro en la barbarie y la maldad, eso no es ejercer derechos, ni conseguir libertad, más bien se consigue ser esclavo  de las bajas pasiones, no se está tratando entonces de ser iguales en virtudes, sino iguales en perversión,  ¿Es eso querer ser igual a otro? o ¿Imitación de otro en lo dañino y perjudicial? Cuando se trata de emular a los demás en lo malo, eso no es ejercer un derecho legal, sino la perversión del derecho. La equivocación trágica de la mujer es querer ser igual al varón, practicando todos los desaciertos y maldades de su contraparte. Que drama mas grande en los seres humanos, tratar de hacer todo lo nefasto y nocivo que los demás hacen.

La única diferencia clara y contundente entre el machismo y feminismo, es que género lo práctica, porque son iguales en resultados, ruindad y malignidad.

Para terminar los dejo con este poema, el cual expresa muy vívidamente el contraste, pero también la complementariedad, en los dos géneros.  Saque sus propias conclusiones.

EL HOMBRE Y LA MUJER
Por Víctor Hugo
El hombrees la más elevada de las criaturas.
La mujer es el más sublime de los ideales.
Dios hizo para el hombre un trono; para la mujer un altar.
El trono exalta; el altar santifica.
El hombre es el cerebro.
La mujer el corazón.
El cerebro fabrica la Luz; el corazón produce el Amor.
La Luz fecunda; el Amor resucita. 
El hombre es fuerte por la razón.
La mujer es invencible por las lágrimas.
La razón convence; las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los  heroísmos.
La mujer de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece; el martirio sublimiza.
El hombre tiene la supremacía.
La mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza; la preferencia representa el 
derecho       
El hombre es un genio.
La mujer un ángel.
El genio es inmensurable; el ángel indefinible.
La aspiración del hombre es la suprema gloria.
La aspiración de la mujer es la virtud extrema.
La gloria hace todo lo grande; la virtud hace todo lo divino.
El hombre es un código.
La mujer un evangelio.
El código corrige; el evangelio perfecciona.
El hombre piensa.
La mujer sueña.
Pensar es tener en el cráneo una larva; soñar es tener en la 
frente una aureola. 
El hombre es un océano.
La mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna; el lago la poesía que de  
deslumbra.
El hombre es el águila que vuela.
La mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio. Cantar es conquistar el alma.
El hombre es un Templo.
La mujer es el Sagrario.
Ante el Templo nos descubrimos; ante el Sagrario nos 
arrodillamos.
En fin: el hombre está colocado donde termina la tierra.
La mujer donde comienza el cielo.


Por el pastor: Fernando Zuleta V.

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