La oración
es una amplia autopista de doble vía, por cuanto con ella llegamos a la
presencia de Dios y lo conocemos de manera personal y directa y de regreso ese
conocimiento del Santo, nos enseña a conocernos a nosotros mismos y a entender
el contraste entre la santidad y la divinidad del Señor y la pecaminosidad y
humanidad nuestra.
La oración
nos enseña, quien es Dios, porque con ella entramos al lugar santísimo y
tenemos en cada ocasión una nueva manifestación del carácter del Creador y ese
conocimiento, es el que produce en nosotros el anhelo por ser santos, la
Palabra de Dios declara: el principio de la sabiduría es el temor de Jehová (pr. 1:7).
El respeto
y el temor a Dios se obtiene por el conocimiento que tengamos de EL.
Cuando los hombres no le temen a Dios, no lo conocen, ignoran su existencia o
han buscado el camino equivocado para seguirlo, esto ha dado origen a la
proliferación de religiones y las religiones surgen porque el hombre hace el
camino para encontrar a Dios y eso está opuesto en su totalidad a los designios
de El, por cuanto El hizo el camino por medio de su Hijo Jesucristo y este
estableció los parámetros para que
pudiéramos mantenernos en él. Nadie más está autorizado a mostrarnos el camino al
Padre; solo el que vino del cielo, conoce el camino de regreso y puede darnos
mandamientos y directrices: El Señor Jesucristo.
Toda potestad me es dada en el cielo y en la
tierra lo declara Jesús, pero con mucha anterioridad el decreto había sido
establecido, cuando Dios testifica diciendo:
Yo publicare el decreto; Jehová me ha dicho:
Mi hijo eres tú; yo te engendre hoy.
Pídeme, y te
daré por herencia las naciones,
y como posesión tuya los confines de la
tierra.
Los quebrantaras con vara de hierro;
Como vasija del alfarero los
desmenuzaras.(salmo 2: 7-9)
Terrible
sentencia para los que rechazan la bondad y misericordia de Dios.
Hay dos
tendencias opuestas y por consiguiente darán resultados contrarios;
Para ponerlo
en términos simples, Dios por extensión a le dice todos sus hijos: búsquenme en
oración y tendrán todo lo que pidan. Ignorarme sera traer sobre ustedes, la tragedia, el dolor
y la amargura.
Buscar a
Dios y tener comunión con El trae
recompensas infinitas, alejarnos de Él y desecharlo trae consecuencias catastróficas incalificables.
Tenemos el
privilegio de tener a Dios, grande en misericordia y clemente y tardo para la
ira y a pesar de cuantos errores y fallas tengamos extiende sobre nosotros el ramo
de olivo de la paz declarando:
Ahora, pues,
oh reyes, sed prudentes;
Admitid amonestación,
jueces de la tierra.
Servid a Jehová con temor,
Y alegraos
con temblor.
Honrad al Hijo, para que no se enoje, y
perezcáis en el camino;
Pues se
inflama de pronto su ira.
Bienaventurados
todos los que en él confían.(salmo 2: 10-12)
Por el
pastor: Fernando Zuleta Vallejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario