viernes, 29 de septiembre de 2017

ALZARE MIS OJOS A LOS MONTES.




David era un hombre de guerra, un experto combatiente, cuando el declara que alza los ojos a los montes es porque es sabedor de las asechanzas a que está sometido, él sabe por experiencia propia que los flecheros lo tienen asediado y que se está cerrando un cerco en forma de tenaza que lo va obligando a una concentración de su grupo en el centro del monte, donde no existe vía de escape posible, ni hay un plan b, ni opción de ninguna naturaleza para salir ileso de la emboscada  de su acérrimo enemigo. En este aspecto parece que la situación se asemeja mucho, al salmo 23:4 .Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. El conoce a la perfección que el enemigo solo está esperando una oportunidad para lanzarse sobre él y  despedazarlo, son  fieras al asecho sedientas de sangre y con instinto asesino que no saben diferenciar lo bueno de lo malo, son arteras, despiadadas y sanguinarias, sin emociones, que actúan impulsadas por reacciones viscerales. A mi entender esa parece ser la situación de David. Ahora pongámonos sus zapatos y preguntémonos igual que él.

¿De dónde vendrá mi socorro?

Con seguridad el salmista estaba pasando por un momento de verdadero apremio, me imagino que se inspiró para escribir este salmo cuando era perseguido por el rey Saúl, al tenor la Biblia lo describe así: Y Saúl iba por un lado del monte, y David con sus hombres por el otro lado del monte, y se daba prisa David para escapar de Saúl; mas Saúl y sus hombres habían encerrado a David y a su gente para capturarlos.(1de Samuel. 23:26).

En este punto haremos algunas consideraciones:

1.     Ningún plan de  Dios pude ser impedido por acciones satánicas, ni por pretensiones humanas.
2.     Las disposiciones del Señor encontraran oposición tanto por Satanás, como por los hombres que se asocian con él.
3.     Los decretos divinos no están exentos de rechazos y obstáculos, pero nada, ni nadie tiene el poder para impedir su ejecución.
4.     Quien cree que hacer la voluntad de Dios es sinónimo de encontrar el camino libre para lograrlo, le aconsejo que se lea las biografías de Cristo escritas en los evangelios y haga una recopilación de todos los obstáculos que se encontró el Señor Jesucristo para llevar acabo la voluntad perfecta del Padre y me cuenta el cuento.
5.     A quien Dios en su soberana voluntad elige para cumplir determinada tarea sabe con certeza que tendrá un camino escabroso y lleno de dificultades, pero puede estar confiado porque quien le dio la comisión se responsabiliza de que se lleve a feliz término.

Mi socorro viene de Jehová.

Solo el hombre que tiene una buena relación con su Señor, tendrá la certeza en  medio de la tempestad de la vida, que Dios es quien libra, si la tormenta la ocasionan desastres naturales o viene por causas  distintas, en cualquiera de los casos, el auxilio viene del Señor.

Que hizo los cielos y la tierra.

Esta afirmación categórica del salmista es una evidencia de la confianza puesta El Señor. Es una confirmación del poder de Dios que sirve de aliento y estímulo a la fe puesta en El. En otras palabras David declara: pensando en términos humanos no existen ni remotas posibilidades de escape, esto por supuesto en un ámbito natural, espero una solución sobrenatural que es insignificante y poca cosa para el Creador de todo cuanto existe.

No dará tu pie en el resbaladero.

Me librara de riesgos donde el camino sea un peligroso deslizadero que pueda permitirme una caída de consecuencias imprevistas. Nunca se sabe de las consecuencias de las caídas y esa es la intención precisa, mantenerme lejos de alguna posible caída.

Ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
Todo el que confía en El Señor, puede estar seguro  y dormir en completa paz, así el mundo y los enemigos se abatan contra él. El Señor cuidara su sueño. Esa protección es aprueba de toda asechanza por la simpleza que Dios mismo es el encargado de la seguridad y el pondrá el cerco infranqueable para sus enemigos o dará la salida a cualquiera sea la dificultad. ¿Quién puede estar más confiado que aquel a quien Dios promete cuidar?

El sol no te fatigara de día, ni la luna de noche.

 El Señor enviara la nube como en el desierto, para que  amaine los rayos caniculares del sol y no lleguen a ti, si es que estas en campo abierto y no hay sitios sombreados a donde reposar. De manera metafórica está asegurando que ninguna fuerza o situación terrenal, tendrá incidencia contra nosotros, cuando Él quiere protegernos

Jehová te guardara de todo mal.

Para Dios que es conocedor de todo lo que pueda ocasionarnos mal, se adelanta a darnos seguridad, al hacer esta declaración, porque no solo nos salvara de los peligros que podamos ver, sino de todos aquellos que no vemos, ni percibimos, aquí serán solo peligros físicos.

El guardara tu alma.

Esto es en otra dimensión, porque tiene que ver con la parte espiritual,  refirmando  una vez más que no solo tiene poder para librarnos  de ataques físicos, sino espirituales, ya que estos son más devastadores y peligrosos que los físicos, porque está escrito: no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno (mt: 10:28).

Jehová guardara tu salida y tu entrada. Desde ahora y para siempre

Reafirma su compromiso de ser guardián perpetuo de toda nuestra integridad, en todas las circunstancias y tiempo y lugar.

¿Quién puede estar más seguro, que aquel a quien Dios mismo promete cuidar?

Por el pastor: Fernando Zuleta Vallejo.



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