domingo, 22 de abril de 2012

EL ROCOSO





 
                                                           

En los vericuetos de la mente y en los meandros del cerebro se tejen todos  las ideas, allí se da forma a toda intención del corazón, se pulen los registros que más tarde pasaran de lo hipotético a lo tangible y real, materializándose todo lo que se ha estado elaborando en lo oculto y por demás intimo de cada mente humana.




Cuando un sicópata lleva a la practica una de sus mórbidas acciones, primero a elaborado un proceso en el cerebro y después de pulirlo y acomodarlo finalmente lo lleva a la ejecución; es lo que las cortes penales llaman "un hecho con premeditación y alevosía". Esto por supuesto tiene una connotación muy distinta en la jurisprudencia, que cuando los hechos tienen carácter fortuito, debido a que ha habido planificación anticipadamente, porque se elaboró un plan, se medito en el asunto habiendo valoración del suceso, antes de su ejecución. Hubo la posibilidad de entrar en razón, pero se continuo, sin el más leve asomo de arrepentimiento de la ominosa determinación.




La mayoría de los azotes de la sociedad deben su macabra formación al desprecio, al maltrato y al rechazo de que fueron objeto desde la niñez; "el rocoso" hijo de la prostituta del barrio, desde que tubo uso de razón, fue rechazado, vejado, menospreciado y maltratado física y sicológicamente, su madre lo sacaba de la habitación dejándolo en la calle con su hermano mas pequeño cada vez que llegaba un cliente a buscar sus servicios sexuales, son incontables las veces que sarcásticamente se mofaron de él, señalándolo como la escoria por tener una madre sin escrúpulos de ninguna clase, que para obtener dinero, para sostener su adicción al bazucó cometía cualquier clase de excesos, recayendo sobre sus hijos las mas fatales consecuencias.




"El rocoso" lloro muchas veces de impotencia o sentimiento cuando estaba fuera de su rancho, todos sabían la razón de sus amargas lagrimas, pero nadie tenía compasión e ignoraban por comisión u omisión el terrible drama de los infantes que sin ninguna responsabilidad de sus padres biológicos fueron lanzados al infierno que representa vivir en una sociedad sin misericordia y desprotegidos totalmente "El rocoso" siempre recibía los peores improperios, los comentarios mas hirientes, las burlas mas sarcásticas y los señalamientos mas cáusticos, solo por el hecho de ser el mayor de los dos, llegaron al extremo de patearlo y ha espetarle sin ningún atisbo de humanidad: tu eres un hijo de una prostituta, eres una basura, en esa ocasión siendo  agredido físicamente, le hizo una terrible promesa a su atormentador de turno, ¡cuando sea grande te voy a matar! La réplica fue: ¿con que valor vas a matar a alguien? Se alejo llorando amargamente, arrastrando una pierna visiblemente lastimada, por el impacto de aquel golpe artero y despiadado del cual no era merecedor, ni había razón ni derecho para recibirlo. Su único pecado fue haber nacido en la abyección extrema de los cinturones de miseria que circundan la gran metrópoli.




Así comenzó la elaboración de la macabra lista de los que asesinaría cuando llegara la oportunidad. Con el pasar del tiempo los atropellos y los insultos lo hicieron revestirse de una coraza de insensibilidad, hasta el punto de desaparecer de su interior todo vestigio de humanidad y toda huella de misericordia; todo el rechazo y el vejamen de que fue objeto formo una costra impenetrable alrededor de su lacerado corazón, convirtiéndolo en una roca granítica, que ni un cincel con punta de diamante sería capaz de penetrar. Cada palabra ofensiva, cada mirada de desprecio, cada gesto de rechazo, cada señalamiento represivo, lo convirtieron en un ser resentido, alimentaron su espíritu flagelado, llenaron con sórdido rencor todos los aposentos de su corazón y recubrieron su alma una capa gélida y mas yerta que la morada de los muertos, su incipiente vida fue envuelta por un manto negro de sed de venganza que no hay tinta en el mundo que pueda aproximarse a su oscuridad tan intensa.




De allí en adelante nunca mas pronuncio sentencias contra sus angustiadores, sus ojos nunca mas derramaron las delatoras lagrimas del oprobioso dolor, la fuente que producía los torrentes de llanto que le ayudaba a drenar la angustia que vivía se seco, nunca mas argumento, ni se quejo, su dolor lo encamino a alimentar la sed de venganza que día a día crecía en su interior como una llama que amenazaba con consumir todo a su paso, ese monstruo que cada día alimentaban los insensatos, llegaría el momento en que desencadenaría la mas atroz pesadilla en sus contornos.




El "rocoso" a los trece años después de haber pasado la prueba por los servicios prestados a los distribuidores de droga del lugar, se hizo de una pistola y comenzó a ejecutar uno a uno a todos los que tenía en la lista negra, siendo el primero el que no mucho tiempo atrás lo había pateado, no tuvo compasión ni misericordia con nadie.






Los seres humanos se hacen impenetrables y sus personalidades se degradan hasta tomar visos de bestias sanguinarias superándolas en su brutalidad y salvajismo, ya que tienen el argumento de una mente superior y no solo el instinto de supervivencia de los animales. El peor problema de un ser pensante es "la acumulación de causa", va almacenando y llenando todos los lugares internos de la mente y el corazón con todo aquello  que le ha infringido pena y dolor, es como un escape de gas que va cubriendo milímetro a milímetro toda el área circundante y cuando aparece una chispa, la conflagración  en fracciones de segundo es devastadora y formidablemente destructiva.



Sucesivamente en cuatro años que duro su corta carrera delincuencial se cuentan mas de veinte las personas que asesino, hasta que termino su escalofriante y tenebrosa vida terrenal en un enfrentamiento armado con los cuerpos de seguridad del estado.



Mas o menos, con algunas variantes en las diferentes latitudes es que se crean los llamados azotes de barrio, pero la razón primordial y fundamental es la carencia de amor y de afecto en su niñez y adolescencia, pero nadie puede dar lo que no tiene y mientras las personas anden sin Cristo es muy poco lo que pueden ofrecer a sus semejantes.

Si quieres cambios radicales en tu vida, en tu familia, en tu entorno y aún en tu nación, Jesucristo es el único que puede hacerlo, acéptalo como tu Señor y suficiente Salvador y no solo cambiara tu vida en la tierra sino que también recibirás la eterna.

 Por el pastor: Fernando Zuleta V.











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